Capitulo 11: Te vas después de amarme.

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Las manos de Madison recorrieron el pecho de él, cada centímetro mientras lo besaba

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Las manos de Madison recorrieron el pecho de él, cada centímetro mientras lo besaba. Mientras él movía su lengua dentro de su boca y ella succionaba con fervor. Sin romper el beso caminaron hacia la habitación y con mucho cuidado Tom la dejó caer de espaldas en la cama. Sus manos se movieron alrededor de su cuerpo, pasando sobre sus pechos y bajando por sus caderas. Se metieron debajo de su vestido y tocaron su piel. Enterró sus dedos en la carne blanca y luego, antes de subir la mano hacia los pechos de ella se detuvo.

Jadeante, agonizante.

—¿Tomas pastillas?

—Sí — contestó ella.

—Bien — la volvió a besar despacio, saboreando los labios de ella y bajó las manos hasta el borde del vestido. La ayudó a quitárselo por arriba y cuando vestido voló a algún lugar de la habitación la volvió a besar.

Bajó con besos por su cuello y cada parte que él tocaba la piel de ella se quemaba con fuerza y jadeaba. La ropa estorbó de pronto y fue a parar a otro lugar de la habitación mientras él bajaba con sus besos hasta llegar a los pechos de ella. La lengua se deslizó por la aureola hasta capturar el pezón y hacer circulos tortuosos sobre él pico.

Madison se arqueó mientras él se afirmaba de sus caderas. Una de las manos de ella se metía en el cabello de Tom y sentir su dura erección entre sus piernas solo la hacía moverse inquieta. Porque quería más, quería mucho más. Y Tom sabía, claro que lo sabía. Así que se movió al otro pecho para devorarlo y mirarla a los ojos.

Madison gimió y eso hizo que el pene de él palpitara con fuerza. Sus gemidos eran tan sexuales y dulces que ya no soportó más y puso la punta sobre la entrada húmeda de ella. Levantó la cabeza para mirarlo hacia arriba, le puso los dedos en el cuello y él apoyó su frente contra la de ella cuando se deslizó dentro.

Estaba tan húmeda pero tan apretada que Tom cerró los ojos ante la exquisita sensación

. Madison gimió y Tom atrapó su gemido con sus labios, en un beso apasionado que les robó el aliento. Se quedó dentro, muy dentro de ella por unos segundos muy largos en donde solo se besaron como si no hubiera un mañana. Tom salió despacio y volvió a penetrarla de la misma forma. Despacio.

Madison metió sus manos bajo los brazos de él y deslizó sus uñas por todo el largo de la espalda de Tom hasta su trasero y acarició la piel suave como si estuviera suplicándole que se moviera más.

—¿Estás bien? — preguntó él y ella asintió besándolo.

Él le respondió el beso con ternura. Salió de nuevo y esta vez entró de golpe. Madison abrió la boca y exclamó de manera dulce. Un gemido sexualmente encantador que a Tom lo volvió loco y metió su lengua dentro de la boca de ella para sentirla más todavía cuando comenzó a moverse contra ella con más frecuencia.

Levantó una pierna de ella alrededor de su cadera para darle más acceso. Las embestidas eran cada vez más fuertes y salvajes, se perdieron entre los gemidos y los besos. Las caricias. Las miradas. Que quemaban como el fuego en el crisol.

𝗣𝗿𝗼𝗳𝗲𝘀𝗼𝗿 𝗛 © ━ Tom Hiddleston.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora