Día 4: Primera Vacuna

903 84 7
                                    

El fanart pertenece a @Suduo y los personajes son de mojito. Nada me pertenece

Oficialmente Anubis ya poseía los dos meses.

Habían transcurrido dos meses desde que su pequeño cachorro llegó al mundo –dándole la sensación de que iba a romperle la pelvis en cualquier segundo – llorando totalmente enfadado, solo para dormirse unos minutos después como si él hubiese hecho todo el trabajo pesado.

Ya hacía dos meses que vio por primera vez en toda su vida al ser más pequeño con sus minis piecitos y manitos, cada uno con cinco mini deditos. Dos meses desde que tocó con sus dígitos uno cabellitos suavecitos que ya se preveían con futuros rizos en ellos. Dos meses desde que un par de ojos adormilados le vieron con atención, Dos meses desde que vio la nariz de botón, la pielcita rojita y los labios en puchero.

Debía admitir que con el transcurso del tiempo Anubis evolucionó de una adorable patata bebé a un hermoso bebé, lo cual era todo un logro ya que ahora parecía uno de esos infantes de anuncios de marca.

No.

No parecía uno de ellos, era más lindo que ellos.

Fin de discusión.

("¡Cállese anciana! ¡Estoy siendo totalmente imparcial aquí!")

Dos meses que fueron toda una locura pero de los que no se arrepentía en lo absoluto. Amaba completamente a su lindo cachorrito, a su Anubis y aunque cambiaría algunas cosas, nunca sería su existencia y su nacimiento. Su preciado hijo era lo que más amaba en este mundo.

Por este mismo hecho es que ahora su ser transmitía un aura oscura mientras se hallaba en esa sala de enfermería pediátrica, esperando a que le atendieran. Como a todos los bebés del mundo, hoy a Anubis le tocaba sus primeras vacunas y él no estaba contento con esa situación. Para nada.

Lógicamente sabía que era lo mejor para la salud del pequeño, pero su mente solo podía pensar en las horribles agujas que pincharían a su niño y lo profundo que debían ir. Ya podía imaginar las lágrimas, el llanto, la zona inflamada...

Ah, ya le dolía y eso que a él no le tocaba.

—Savant, Anubis—la dulce voz del enfermero solo provocó más el deseo de muerte. Envolviendo al bebé en sus mantitas blancas, caminó tranquilamente hacia el consultorio, dejando detrás –sin saber– a algunos padres y niños un tanto...asustados.

—Hola pequeño Savant ¿listo para tu primer vacuna, pequeño niño grande? Es...— el beta tembló cuando le lanzó una mirada de puro odio en el instante en que tocó la barbilla de su niñito, lanzando su aroma para ahuyentarlo. Ni siquiera uno de sus compañeros de trabajo que se auto denominaba "su mejor amigo" podía ver las fotos de su pequeña luz, mucho menos un extraño completo podría tocarlo. —No importa. Por favor siéntese en la silla y empezaremos, verá que son solo piquetes, ni los notará. —se dio rápidamente media vuelta para preparar las vacunas, provocándole un temblor.

Hizo una mueca, respirando hondo para sentarse, destapando lentamente el cuerpito de Anubis para que no se dificultara el pincharlo.

En cuanto vio la aguja acercarse cerró los ojos. En cualquier momento empezaría...

Solo...

No pasó nada.

Confundido, bajó su cabeza, posando su mirada en su bebé observando como la manita de este tiraba lentamente de un mechón rojo de su cabello, mirando y jalando sin mucha fuerza al ser tan pequeño.

—Queda una más...— ¡¿una más?! ¡¿En qué momento?! —y listo, papá. Anubis ya es un bebé protegido. — Parpadeó completamente confundido, envolviendo nuevamente a su cachorro con sus mantitas. —No debe moverse mucho y no se deben tocar las zonas donde aplicamos las agujas. Podría levantar fiebre, tos y quizás vomite o sea más quisquilloso con su comida, pero estará bien. Por supuesto, si algo se vuelve preocupante, no dude en venir a la sala de emergencias. Nos vemos en un mes.

Sin entender – aun – lo que había ocurrido, salió un tanto rápido del lugar, observando como su hijo parecía totalmente inmutado por haber sido pinchado cuatro veces ¡cuatro veces! En realidad parecía más concentrado en el mechón entre sus deditos.

El cual intentó quitarle, lo que si provocó un llanto estridente.

— ¡¿Ahora si lloras?! —Bufó, dejando que volviera a tomar el mechón, meciéndole a la par que llamaba al taxi. Definitivamente Anubis era único en su clase.

*'¨'*•.¸¸.•*'¨'*•.¸¸.•*'¨'*•.¸¸.•*'¨'*•.¸¸.•

—Yo lo sabía. Si ibas más asustado tú que él. —la anciana se atrevió a burlarse luego de contarle la historia. Le frunció el ceño, disfrutando de la paz de un bebé dormido y una rutina semi establecida. —Ya, ya, no eres el primer papá que veo que iba más asustado que su propio hijo. Mi yerno lloró en el consultorio, nunca vi a mi hija tan avergonzada. —No dijo palabra. Podía comprender al pobre hombre ¡¿por qué agujas, de todas las cosas, para bebés tan frágiles?! Que incivilizados seguían como seres. —Y hablando de mi hija, escuche que pronto volverías a trabajar.

Levantó una ceja ¿y ella cómo sabía de eso? Aun así asintió. La licencia se vencía el próximo mes, tendría que empezar a buscar guarderías o una niñera pero ambas opciones le provocaban recelo.

— ¿Tu hija se ofrece de niñera? —bromeó. La beta rió.

—Dioses no, no se como hace con los tres más jóvenes que tiene. No, me refería a mi nieto mayor, Khnum y a mí misma. Yo puedo cuidarlo las primeras horas y él las siguientes de acuerdo a su horario, tiene dieciséis. —hizo una mueca ante la edad. Muy joven. — Es un buen chico, responsable y no es la primera vez que hace de niñera para bebés pequeños. Es un poco tonto pero definitivamente tiene buenas intenciones y va de mi parte.

Llevó el té a sus labios, considerándolo.

Nunca había visto al chico, excepto una vez cuando salía y él entraba al edificio, pero sacando los cabellos claros, no había notado nada de él.

¿Sería buena idea? Tenía que volver a trabajar tarde o temprano, eso era un hecho y dejar a Anubis por su cuenta era imposible. La guardería le dejaba un mal sabor de boca y una total desconocida peor.

Ahora, el nieto de alguien que conocía desde hace casi dos años y ese mismo alguien...

—Lo pensaré.

🍼👶¡New Father!👶🍼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora