Día 28: Graduación.

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Holitis~ muchas gracias por todos los votos y comentarios que dejan!! en verdad, soy muy feliz cada que los leo.🥺
Las ganas de seguir escribiendo este librito es gracias a ustedes.

Tres meses han pasado desde que a su cachorro le rompieron el corazón y Anubis, gracias a cualquier deidad, ya comenzaba lentamente a salir de su caparazón.

Desde aquel día en el que había llorado por horas sobre su pecho, fue como si se liberara de toda cadena de dolor. Fue aliviador que, a diferencia de otras personas, una ruptura amorosa no lo consumió en un intenso dolor. Oh, Anubis seguía dolido pero no de la forma en la que él temía.

No estaba tercamente aferrado a la idea de que nunca iba a volver a amar o de que había hecho algo mal o compararse con otra persona por creer ser menos bonito. Simplemente aceptó que esa relación no podía continuar y se alejó.

Lloró, se lamentó y mantuvo un tiempo de humor apagado sin embargo no fue más allá de unas semanas, volviendo de a poco a la personalidad que siempre tuvo.

Comenzó a ir de nuevo las fiestas -con ropa más que cuestionable. Lo peor de todo es que Nephthys le había mostrado el antiguo álbum de fotos donde él aparecía antes de marcharse a algún evento. No podía quejarse de su ropa cuando él había sido igual o peor. Al menos no le mostraba el video donde había hecho de stripper sin intención. - a salir con sus amigos, a practicar con su banda y hacer todo eso que por un tiempo dejó en pausa.

Lo académico no sufrió ningún cambio, por lo que estaba realmente feliz que aunque su hijo fue afectado no fue derribado.

Él único que no estaba feliz era Haddie porque, dado que Anubis volvía a salir, el tiempo entre ambos se redujo de nuevo. Él le entendía, estaban en la misma página, así que cada que su cachorro salía, él se encargaba de mimarlo para que no estuviera triste mientras Simba exigía mimos también puesto que era el rey de la casa ante su avanzada edad.

Por supuesto él ya había pasado la página de quedarse despierto hasta tarde para esperarle y mantenerse solo yendo al trabajo y a la casa.

Había formado un pequeño grupo de amigos en el estudio con los que salía cada fin de semana. Era agradable hablar con adultos que compartían su misma experiencia como padres, además de poder desviarse de ese tema para simplemente compartir un chisme o una historia o solo idioteces que lo distrajeran.

Al final del día, tener gente más allá de sus hermanas y la señora Hassan, eran algo refrescante, excepto por la parte en la cual le animaban a conseguir una pareja.

Lo había intentado.

Hace algunos meses comenzó a salir con algunos betas, pero algo dentro suyo no se emocionaba con la idea.

No se veía a sí mismo en una relación, compartiendo cada momento, espacio y tiempo. Después de tantos años con cadenas de miedo en el cuello que le imposibilitaron que viviera su vida tal cual deseaba, no quería volver a atarse. No deseaba tener que empezar de cero, cambiando sus hábitos y aceptando algunas particularidades de esa pareja desconocida, transformando toda la rutina a la que había estado acostumbrado.

Tampoco estaba muy feliz con la idea del sexo. Nunca se había puesto a pensar mucho en su sexualidad. De adolescente no le importaba y con el abuso que sufrió hizo que cualquier idea que viajara hacia allí se evaporara en cuanto recordaba cómo se sentían esas manos sobre su cuerpo. Pero hablando con la terapeuta comenzó a considerar sino podía ser algo de la rama de la asexualidad.

A diferencia de lo que muchos podían pensar, de joven nunca tuvo interés en el sexo. No era un tema que llamara su atención, ¿sentía excitación? Por supuesto, no era de piedra y definitivamente siempre supo que era bisexual ¿pero las relaciones pasajeras, el sexo casual o rápido o tener una relación y al mes comenzar a follar? No. El mero pensamiento no causaba interés en él, estaba bastante consiente que de conseguir una pareja, no iban a follar ni siquiera a los dos meses de formalizar.

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