Día 20: Primer Enamoramiento.

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En verdad muchas gracias por sus votos y comentarios. Me ayudan muchisímo a seguir escribiendo <3 
También les vengo a recordar que he cambiado el orden de los días para que esto tenga un orden y...
⚠️Mención de Violación pasada.
⚠️Palabra insultante 

Todo había ido...terriblemente mal y con un niño de seis años era mucho más difícil esconder lo que estaba sintiendo, lo que estaba pasando que con un cachorro de un año.

Anubis ahora percibía su angustia y miedo, al igual que notaba el extraño comportamiento que había afectado la rutina de ambos.

Luego de la pijamada que no fue – y que tuviera que disculparse con la familia del enano ese – cambió, de nuevo, toda la rutina que – hasta ahora – iban llevando.

Repitió ante las autoridades escolares los contactos de emergencias, dejando muy en claro que solo había una persona a la que podían llamar si él no estaba disponible. Cualquier otra haciéndose llamar su hermano o padre de Anubis debía ser completamente negado porque él no tenía ninguna familia más allá de la señora Hassan. Puntualizó más de una vez ese hecho, hasta que la docente y la directora le aseguraron que solo llamarían al número dado y que no entregarían a su hijo a cualquier persona, inclusive si esta se hacía llamar conocido del padre y/o del estudiante. Fuera esto verdad o no.

Eso lo hizo suspirar de alivio. Con Horus yendo a Ennead, Isis podía intentar llevarse a su niño o, bien, podría mandar a ese antiguo amor con alguna excusa barata de hermana mayor preocupada por su hermano descarriado.

Además de eso acortó mucho las salidas recreativas con Anubis.

El parque seguía siendo una opción, por supuesto, pero ya no permitía a los niños en su casa o llevar a su hijo a casas ajenas. Tampoco le permitía salir a la calle si él no estaba vigilando como halcón cada movimiento y no permitía, en ningún momento, que se alejara mucho de su punto de mira.

Sabía que estaba estresando y asustando a su cachorro ante la alteración total de su vida, pero no tenía fuerzas ni deseos de explicarle que estaba sucediendo. Entre menos supiera mejor.

Aunque eso no quitaba que le repitiera todos los días que no debía acercarse ni hablar con ningún extraño, por mucho que dijeran que le conocían. En su manada solo eran dos, solo ellos, no había más familia de sangre. No debía confiar en nadie que dijera lo contrario.

Su niño asentía todos los días, con un claro brillo de preocupación en los ojos oscuros, sin embargo aún no le llamaban por ningún problema escolar, así que se mantendría así todo lo que pudiera.

Colocó cámaras por todo el alrededor de la casa al igual que una nueva cerradura en las rejas que protegían la entrada, intentando evitar que cualquiera pudiera forzarla.

Por supuesto también compró elementos de defensa, como un spray de pimienta. No pensaba usarlo directamente, por supuesto, pero si él llegase a entrar...

Y hablando de él, las pesadillas volvieron con una ligera variación.

Ahora no solo era Osiris metiéndose entre sus piernas, violándolo una y otra vez mientras señalaba como su cuerpo se iba excitando contra su voluntad, sino que también le imaginaba llegando a su hogar, con una orden de custodia para llevarse a Anubis. Veía como su hijo escuchaba una versión completamente falsa de la historia, donde él era el villano que separó a un hijo de su padre. Veía como Anubis creía las palabras del bastardo y cuando él quería explicarse, este solo tomaba la mano de Osiris, alejándose de él sin importar cuanto le rogara por una oportunidad.

A veces, en esos sueños, él llegaba a confesar lo que sucedió en verdad. Pero en vez de aceptación, encontraba la mirada de su cachorro repleta de asco. Su tierna vocecita le preguntaba por qué no luchó más, por qué no intentó liberarse, por qué se entregó si tanto odiaba esa idea. Luego se alejaba, mencionando que él no tenía un padre tan débil que ni siquiera podía controlar su propio cuerpo.

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