Día 21: Cambios y dudas hormonales.

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Ahhh, muchas gracias por cada voto y comentario, no saben cuan feliz me hacen y cuantas ganas de seguir escribiendo me dan.
Aviso que en este cap hay una pequeña sorpresa, así que lean hasta el final ;v

Ocho años habían pasado desde aquella tarde donde, en un estudio ajeno, le había gritado a sus hermanas lo que le había ocurrido hace quince años en aquella fatídica noche.

Se sintió, por primera vez en mucho tiempo, totalmente liberado de ese secreto que llevaba cargando por tanto tiempo. Un secreto que traía consigo un trauma tan severo que ese momento específico estaba consumiendo su cabeza con miedos, pesadillas y malos sueños.

Fue sorprendente que le creyeran incluso si su hermana mayor estuvo reacia a la idea en primer lugar, pero que luego se hubiera unido a él junto a su otra hermana fue ciertamente conmovedor y dos anclas en las cual apoyarse para ya no dejar todo en los pequeños hombros de Anubis.

La sola idea de que, si llegase el momento, ellas le ayudarían con su dinero e influencias era tranquilizadora. Si necesitaba huir a otro país, podía confiar en que Isis le arreglaría una vivienda y Nephs dos boletos, si un día fuera necesario que contratara un abogado experto en custodia podría hablar con el que ayudó a Isis en el caso de Horus y si, necesitaba salir del radar, Nephthys era la mejor opción.

La suma de la terapia solo ayudó más a que por fin volviera a sentirse seguro de nuevo. Por fin volvía a percibir el hogar en el que vivía como uno donde no necesitaba huir al primer signo de cambio al igual que pudo empezar a confiar en la idea de que, suponiendo que realmente su hijo supiera la verdad, él escucharía su versión también.

Después de todo ¿no había sido un buen padre para Anubis? ¿No lo amaba y se lo demostraba todos los días? ¿No estuvo allí cuando siempre necesitó una mano, un mimo, un consuelo? Su propio hijo decía que lo amaba, que era el mejor papá del mundo.

¿No era suficiente para que le creyera a él antes que a un extraño que nunca había visto en su vida?

Era una buena pregunta que al principio no le veía sentido.

¿Y si realmente no estaba demostrando cuanto amaba a su hijo? ¿Y si lo lastimó sin saberlo? Ya había sido testigo de varias de sus crisis y las consecuencias de las mismas ¿no preferiría un lugar más tranquilo? Esos "qué pasaría" le llenaron la mente por un buen tiempo, hasta que la niebla se esfumó con unos medicamentos y con las palabras de amor constantes de su cachorrito, al igual que su dulce aroma a chocolate que poco a poco perdía el tinte infantil para ir adquiriendo uno más maduro.

Un delicioso olor a menta.

Las charlas con la terapeuta también fueron esclarecedoras al revelar sus propios deseos en torno a las relaciones que lo rodeaban.

El miedo y el trauma habían dirigido su vida los últimos años, lo suficiente para que no pensara en los antiguos y cálidos lazos que una vez lo rodearon.

Finalmente fue incluyendo, muy lentamente, a sus hermanas en su vida junto a sus respectivos títulos.

(Nephthys volvió a llorar la primera vez que se dirigió a ella como hermana. Lo cual fue muy incómodo porque justo en ese momento se abría la puerta para dejar ver a su cachorro pre adolescente regresar de la primaria.)

Esto llevó a que tuviera que sentarse con su hijo y explicarle que esas dos "amigas" eran en realidad sus hermanas y que Horus no solo era su amigo, sino también su primo biológico.

Por un momento temió una avalancha de preguntas bastante personales que entendería perfectamente viniendo de un niño pequeño, en cambio lo que recibió fue una sonrisa cegadora junto a una simple cuestión de si podía decirles tías y a Horus primo. Él asintió ante eso, al fin de cuentas, eran familia por mucho que le llevó doce años volver a sentirlas de ese modo.

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