Jules es una abeja reina de las buenas, se enamora del freak y él es demasiado hermético como para asumir que se ha enamorado de una princesa de secundaria amante del drama
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Narra Jules:
Caminaba por los pasillos de la escuela, la primavera estaba por comenzar, vi a Alice a lo lejos, corrí donde ella y nos saludamos. Alice Graham es mi mejor amiga, todos dicen que hacemos el dúo perfecto. Por nacimiento siempre fui popular en la escuela, desde niña, lo cual es bueno pero a la vez malo, pues, mi llegada a la escuela no siempre pasaba desapercibida, se sentía esa presión de la perfección, pese a no sentirme perfecta.
— ¿Estudiaste para el examen?— Alice me preguntó, con sus ojos verdes, atrapantes, era realmente hermosa.
—Mierda, literatura—Lo había recordado, pues era nula en letras, sí sabía bastante de ciencias y matemáticas. Pero todas esas materias humanistas se me hacían una tortura— ¿Y tú?— pregunté, para asegurarme de no ser la única que estaba horrible para rendirlo. Aunque tenía otros trucos para subir un poco mis notas.
—Sólo podemos copiarnos y ya— Alice tomó mi mano. Caminamos entre risas hacia la sala de clases, siempre me sentaba en el primer puesto. A los minutos entró Kurt , el novio de Alice, y la verdad es que no entendía cómo es que mi amiga podía estar con un chico tan estúpido, y no es que tenga algo personal contra él, sino que en general los chicos de la escuela eran unos completos idiotas. Mientras pensaba eso, entró el peor de todos, Edward Munson, él siempre se sentaba atrás, pasó con su chaqueta de mezclilla con un gran parche de Dio en la espalda.
Pero qué tonto, pensé.
Eddie pasó por mi puesto, apenas me miró, siempre pasaba con una risa burlesca y eso me irritaba, pasaba al fondo, se sentaba solo, siempre, todos los días. No quería seguir desgastando tiempo pensando en lo tonto que Edward Munson me parecía. De la nada el maestro de literatura llegó, su nombre es Albert, había salido de la universidad el año pasado, era joven, tenía 27 años. Su cabello era marrón, al igual que sus ojos, sus brazos se veían grandes, y me miraba toda la clase, yo siempre usaba falda los jueves, porque lo veía a él.
Sentí como el maestro Hanson veía mis piernas, él era por lejos la mejor cosa que me había pasado en la escuela ese año, no suelo enredarme con chicos de mi clase, en su mayoría son patéticos, y sólo buscan sexo, y la verdad, es que yo aspiraba a algo mejor, no iba a llegar y entregarme a cualquier idiota que merodeara por la escuela. Aquella era mi palabra, siempre lo hablaba con Alice, y ella siempre salía con el argumento de que Kurt era especial, y que estaba por sobre el promedio de los chicos de Hawkins. Sabía de su propia boca que ya había tenido relaciones sexuales con él, y la verdad es que no iba a juzgarla por hacerlo, pero yo aspiraba a encontrar a un chico realmente especial para ese momento. Y ese, definitivamente no estaba en la jodida escuela.
— Bueno chicos, pueden partir con el examen—Soltó Hanson, antes de que abriéramos la primera plana, me guiñó el ojo y mi corazón comenzó a latir.
El primero en entregar la hoja fue Eddie, pues a pesar de ser un freak, sí es muy bueno en literatura, aunque en el resto le va fatal, se arrastra por pasar de curso, aunque los últimos dos años no lo ha logrado, es mayor que todos nosotros, tiene 20, y eso lo hace más patético aún.
