Jules es una abeja reina de las buenas, se enamora del freak y él es demasiado hermético como para asumir que se ha enamorado de una princesa de secundaria amante del drama
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Narra Eddie:
''Concurso de talentos, inscripciones abiertas''
Abrí mis ojos al leer tan sólo el título de un afiche de la escuela, mis ojos se iluminaron, era mi momento de brillar en la jodida escuela. No destacaba precisamente en cosas académicas, pero sí en la música. Era sabido que el Metal estaba mal visto por esos años, y por eso, para todos sólo éramos freaks, ahora yo gozaba con un poco más de reputación al estar involucrado con Jules Henderson, pero de no ser por ella, seguiría siendo quizá más marginado.
Caminé por el pasillo y entré donde estaba Gareth y Jeff, teníamos otro integrante, pero se fue de la escuela, necesitábamos un bajista, porque desde ya, tenía en mis planes participar en el concurso. Nos había inscrito.
— ¿Sí sabes que no tenemos bajista, verdad?— Gareth me miró, mientras tocaba batería.
— Podemos buscar a cualquiera— Solté— Es nuestra oportunidad, recuerda que este sí es mi año, este año me gradúo y necesito ganar esta mierda— grité emocionado. Me miraron un par de personas. Tenemos un mes aún, hay tiempo— sonreía mientras caminaba por la sala, emocionado al cerrar mis ojos y pensar en Corroded Coffin tocando.
— Veré si puedo conseguir a alguien— Agregó Jeff— No prometo nada, tengo un vecino que creo podría, pero si me dice que no, entonces no tengo más opciones.
— Sólo convéncelo, dile que ... no lo sé—suspiré— sólo hazlo Jeff. Es mi última oportunidad para hacer algo realmente bueno en la escuela.
—¿Qué harás ahora?— Preguntó Gareth.
— Debo ir a la cafetería con Jules— respondí mirando al piso.
— Pues...si esto va en serio, lo del concurso ¿Sabes que Jules puede esperar a veces?— Me miró divertido. Yo asentí. Quien generalmente amenazaba con priorizar a la banda, era yo, y ahora, quien andaba de la mano con una chica todos los días, mejor ni decirlo. Me comí mis propias palabras.
—Claro viejo, compromisos son compromisos, y el metal un estilo de vida— Hice el clásico gesto con las manos. Mis amigos repitieron lo mismo—Primero debemos solucionar lo del bajista, así que buscaré también chicos, lo prometo— fue lo último que dije antes de salir y encaminarme por el pasillo.
Jules estaba apegada a los casilleros, se veía tiernísima, usaba una jardinera, una playera a rayas y converse, sonreí genuinamente al verla, sin que ella pudiera notarlo, me gustaba esa sensación de esperar ver a alguien, o emocionarme al tocar sus manos, porque lo de Jules era eso, aparte de la evidente atracción sexual que entre los dos había, acariciar su rostro, o fijarme en sus rasgos tan típicos, se sentía bien, se sentía como tocar guitarra, o al menos así lo sentía, en mis propios términos. Ella me saludó a lo lejos, de manera tímida, pero sabía que una vez llegara donde ella, sabría cómo tornar mis mejillas color rojo.
