Jules es una abeja reina de las buenas, se enamora del freak y él es demasiado hermético como para asumir que se ha enamorado de una princesa de secundaria amante del drama
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Tiene partes +18
Narra Jules:
Me llevé una gran sorpresa cuando vi a Ashton tocar con Corroded Coffin, era algo nunca antes visto, me había escapado de casa, dejé almohadas en mi cama y la puerta con llave. Eddie me esperaba una casa más allá, tomó mi mano y nos echamos a correr unas cuadras más abajo. Él usaba una playera de Iron Maiden, una camisa a cuadros roja sin mangas y con chapas de otras bandas que ni conocía, pero de seguro Eddie me haría escucharlas con los años.
Me gustaba pensar en eso.
Llegamos hasta su furgoneta, frenamos de golpe, me apoyó contra la puerta, sentía el frío en mis piernas, pero a los segundos sentí un cálido tacto que subía por mis piernas, me encontré con sus ojos marrones y redondos, recobré el aliento, correr no era mi fuerte, pero con él de mano, sí era capaz de correr y mucho. Mi pecho subía y bajaba, había viento, mi cabello se corría a mi cara y se pegaba en mis labios con brillo. Eddie corrió esos mechones que parecían suspendidos en el glitter de mis labios, y mordió mi labio inferior con sus dientes, fue despacio, fue cálido, me besó, me tomó con fuerza y me apegó fuerte nuevamente contra su coche, la cadena que colgaba en su pantalón rozaba mi piel desnuda, sentí frío, pero él volvió a arreglarlo con sus manos tibias.
Él no me hablaba, sólo parecía querer besarme, y con eso, mi corazón parecía elevarse y casi llegar al cielo, había una brisa helada, pero con el calor del cuerpo de Eddie, se compensaba todo. Volvió a besarme y yo sólo quería dejarme besar por él.
— Me gusta que parezcas una chica mala— me miró. Era un Eddie distinto, era como tenerlo desnudo frente a mí, no era el Eddie lleno de prejuicios conmigo, no era ese Eddie sintiéndose como mi juguete preferido, aunque me gustara jugar con él— Ves que nada malo ha pasado.
— Aún— contesté. Eddie tomó mi mano. Abrió puerta del coche y me subí. Eddie vio descaradamente mis piernas — Podrías ser más disimulado— hablé divertida, amaba cuando él me miraba de esa manera, me gustaba pensar que lo calentaba, así como me gustaba pensar que me amaba. Amar a Eddie era como descubrir un tesoro, o una isla inexplorada, y yo me sentía la colonizadora del lugar, aunque sí hubo habitantes.
— ¿Es pecado ver las piernas de mi chica?— Me sonrió. Del asiento trasero sacó una playera negra y la dejó en mis piernas— Puedes usarla, es de la banda— yo lo miré con mis ojos abiertos, emocionada porque no hallaba nada más cool que usar una playera de la banda del chico al cual amas.
El camino estaba oscuro, pero debíamos llegar al bosque, donde se supone era la tocata. Aproveché la soledad, y me quité la playera que usaba, no me importó que Eddie me viera, es más, quería que lo hiciera, quería que después de tocar, me cogiera donde sea, en el lugar que él quisiera, y no me importaba.
— ¿En serio te cambias donde sea?— preguntó divertido.
— Hay que aprovechar , no hay nadie por aca— me acomodaba la playera que Eddie me regaló—Incluso podría hacer otras cosas— hablé con una sonrisa— Tú bien sabes qué hago maravillas con la lengua— sonreí mirando al espejo, Eddie sólo soltó una risita casi inocente, como si fuera un pecado comportarme de forma atrevida con él.
