El mundo que no fue

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Nota

Recuerden que cuando la historia se refiere a los personajes del segundo mundo sus nombres estarán escritos en cursivas.


El mundo que no fue


Los días siguientes, Harry se esforzó por mantenerse sonriente y feliz. Sentía un cariño entrañable por Harry y Severus, y se sentía feliz por ellos. Aunque hubiera sido posible que él se embarazara, nunca habría planeado hacerlo tan joven, pero aun así, aun cuando no podía imaginarse una vida creciendo en su vientre, ver los ojos de Severus iluminarse cada que estaba junto a Harry le provocaba un pinchazo en el pecho. Muchas veces quiso pedirle a Severus que volvieran de regreso a su mundo, pero lo veía tan entusiasmado con el embarazo de Harry que le fue imposible romperle una ilusión más.

Fingir que estaba bien no ayudó mucho a que las cosas mejoraran. Severus suponía que Harry compartía su emoción y ni siquiera cuando estaban a solas dejaba de hablar del bebé en camino. Su llegada no iba a tardar mucho y dio por hecho que no se marcharían hasta conocerlo.

Harry aceptó con una sonrisa. Él también quería conocer al bebé, pero cada vez se sentía más aislado. Siguió en su postura de no decir nada, era lo menos que podía hacer, por lo menos Harry lograba que Severus fuera feliz.

Contuvo cualquier emoción mientras veía cómo Severus no perdía oportunidad de pasar tiempo junto a Harry, de hablar sobre su embarazo. Él sabía que Severus ocultaba tras de un supuesto interés científico la enorme curiosidad por saber sobre la gestación entre hombres hechiceros de ese mundo. Sin embargo, la conversación se desviaba más hacia cómo Harry esperaba a su bebé.

Charlaban de si creían sería niño o niña, de la emoción que hubo en Severus la primera vez que sintió los movimientos. De cómo se enteraron de que esperaban un bebé y dieron la noticia al mundo. Incluso Harry le mostró los mamelucos que ya tenían listos para su llegada, nunca habría imaginado a su pareja tan interesado en ropa y juguetes de bebé.

Severus incluso había accedido a acariciarle el vientre y el brillo de su negra mirada cuando el bebé se sacudió ante su roce fue tan impactante que no pudo pasar desapercibido para Harry quien se obligó a ahogar un gemido de dolor. Más aún cuando Severus, dejándose llevar por la emoción, aceptó la invitación de Harry acomodándose a su lado y poder abrazarlo sin dejar de acariciar el abultado abdomen.

Severus estaba tan emocionado que no pudo notarlo, pero para Severus fue muy evidente que Harry sufría en silencio.

Estoy muy feliz de que hayan venido. —manifestó Harry alargando su mano para peinar suavemente la cabellera de Snape—. Ahora podrás estar presente en el nacimiento de nuestro bebé, Sev.

Desde su lugar en el lejano sillón, Harry apretó las manos tan fuerte que las uñas se le clavaron en la piel. La manera en que Harry había pronunciado la palabra "nuestro" daba la impresión que estaba incluyendo a Severus en la frase. Y su pareja no lució nada incómodo con la posibilidad, por el contrario, enlazó su mano a la de Harry de una manera tan íntima que finalmente algo explotó dentro de Harry.

Se llevó las manos a las orejas, su intención no era dejar de oír a Harry y Severus hablar del bebé. Eran esas voces regresando a su mente, y por primera vez pudo escucharlas con más claridad provocándole un fuerte dolor en el corazón. Sus emociones perdieron totalmente el control.

Y esa misma detonación emocional se manifestó en su magia haciendo estallar las bombillas del candelabro mientras una voraz lengüeta de fuego brotó de la chimenea haciendo arder la alfombra.

Nuestro amor en cada mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora