Un visitante de otro mundo

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Nota

Recuerden que cuando la historia se refiere a los personajes del segundo mundo sus nombres estarán escritos en cursivas.


Un visitante de otro mundo


Severus ayudó a Harry a salir del estanque en el bosque de Dean. Todo estaba muy oscuro a su alrededor, el cielo nublado impedía incluso ver alguna estrella, así que sus ojos demoraron un poco en acostumbrarse a las penumbras. Harry estaba a punto de invocar un lumus cuando de pronto el resplandor plateado de un Patronus invadió a su alrededor.

Harry sonrió al ver la cierva, la siguió con la mirada recordando el momento en que Severus le ayudó a encontrar la espada de Gryffindor aunque en ese entonces nunca imaginó quién era el dueño de ese hermosa aparición.

En respuesta, invocó su propio Patronus haciéndolo trotar junto al de Severus quien de inmediato le recibió acentuando su brillo.

Hacen bonita pareja. —bromeó Severus rodeando a Harry por su brazo libre.

Como nosotros. En este y en todos los mundos. Volvamos a casa, Sev.

Harry tomó la mano de su pareja para ir hacia Hogwarts, pero ni bien habían dado un par de pasos cuando el Profesor sujetó a Harry en brazos levantándolo del suelo. El joven no pudo evitar emitir un grito de asombro al notar que el bosque iba quedando muy abajo.

¡Por Merlín, Morgana y todos los hechiceros del mundo! —exclamó aferrándose al cuello de Snape.

No temas, no pienso dejarte caer.

No es temor ¡Es sorprendente! —afirmó impresionado, casi había olvidado que Severus adquirió ese poder en algún momento y que le salvó la vida cuando todos aún le creían un traidor—. Vas a tener que enseñarme a volar sin escoba.

Severus sonrió, se sabía el único hechicero en el mundo capaz de semejante proeza y sería feliz de compartirla con Harry. No tardaron mucho en llegar a los terrenos de Hogwarts, y al vislumbrar el colegio, Harry suspiró feliz mientras se acomodaba los anteojos movidos por el viento.

Al fin en casa, no me había dado cuenta de cuánto extrañé el castillo.

Venimos de ahí, Harry.

No es igual, y desde acá arriba me parece más hermoso que nunca. Pero también más solo, ellos no están. —agregó melancólico.

Tienes razón, pero es nuestro hogar.

Severus empezó el descenso depositando a Harry en suelo firme antes de llegar al colegio, tenía ganas de caminar con él por un rato mirando las ventanas iluminadas a pesar de que no había nadie ahí, sin embargo, parecía que Hogwarts les esperaba de regreso. Harry suspiró al mirar hacia el lago donde le pareció ver una sirena, fue solo un instante antes de que ella desapareciera bajo el agua.

Seguramente Dumbledore quiso asegurarse que no tuviéramos problemas para llegar a Hogwarts. —comentó Harry a Severus, quien también vio a la sirena patrullando—. Aun no entiendo cómo se comunican con las sirenas de allá.

Ni yo, le pregunté a Dumbledore en una ocasión pero ni él sabe, las sirenas son muy celosas con sus secretos, pero piensa que pueden tener algún poder extrasensorial para contactarse.

Ojalá nosotros también lo tuviéramos. —dijo nostálgico—. Creo que los voy a extrañar mucho.

Severus no respondió, comprendía bien el sentimiento de Harry, simplemente le abrazó comprensivo para enseguida retomar su camino a casa.

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