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Dafne Romanov

-Bueno entonces tenemos la nueva colección- solo escucharlo me daban ganas de matarlo por hijo de puta

Lo se estoy cabreada por como me trato en el elevador.

-Perfecto- cerré mi libreta muy duro dejando notar mi enojo

-¿Problemas?- lo mire cabreada

Solo quería matarlo

-Para nada-

-Bueno todos pueden salir, deseo hablar a solas con la señorita Romanov-

Mis empelados se fueron sin pensarlo dos veces.

-¿Qué carajos te pasa?- él golpeó la mesa con su mano

-Odio que me levantes la voz- golpee la mesa de la misma forma, pero me dolió mi mano

-Eres bruta- él tomó mi mano para mirarla

Esta estaba muy roja.

-No me toques- me aleje de él

-Romanov- me advirtió

-Vale lamento por interesarme en lo que no me conviene, pero ¿Qué quieres que haga si...- cerré mi boca antes de decir algo de que me podría arrepentir

-¿Qué ibas a decir?- se puso de pie haciendo que me sintiera pequeña

-Nada-

-Romanov- me tomo de mi cintura para hacer que nos acercaramos mucho

Quería y moría por volverlo a besar.

-Simplemente no me quiero casar y tendré mis motivos. NO te digo cuales son porque entiendo que no es el momento todavía- él acomodó uno de mis risos detrás de mi oreja para luego acariciar mi mejilla

Estaba a su merced y aveces lo odiaba

-¿Por qué?-

-Eres una niña pequeña- vi una sonrisa en sus labios y se miraba precioso

-No soy pequeña- me aleje un poco de él

-Si lo eres en tamaño- coloco su mano sobre mi cabeza

-D'Amico- me queje

Él me tomo de mis caderas haciendo que mi pecho se acercara al suyo.

-¿Quién era la mujer con la que salistes del bar? – quería saber quién era la mujer de esa noche

-Nadie, solo nos encontramos en el camino- lo mire con mis brazos cruzados

Él evitaba a toda costa que me alejará de él

-A quién deseo en todo momento es a ti- me tomo de mi barbilla

Se que era malo desear el hombre de alguien más, pero como no sentir cosas por él.

-¿Me deseas? – pase mis manos dentro de su saco para acariciar su espalda

-Demasiado-  volvió a apretarme contra su cuerpo

Mordí mi labio inferior para mirar hacía la puerta.

A pesar de tener tacones me puse de puntas para alcanzar sus labios y besarlo.

Nos separamos por falta de aire.

-Ahora si son buenos días- reí para separarme de él

Tome mis cosas para salir de la sala de juntas, pero una vez más el me detuvo para darme un beso corto en mis labios

-Ah trabajar señorita Romanov que no le pago para que pierda el tiempo- reí negando para salir de ahí

Se que lo que hacía estaba muy mal.

Romanov | Un nuevo comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora