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Dafne Romanov

Estuve dos días más en el hospital en donde me hicieron todos los días las mismas preguntas para certificar que no había perdido la memoria.

-Buenos días- sonreí hacía el doctor

-Buenos días- me senté mejor en mi camilla

Mi madre había salido para comprar desayuno para las dos.

-Le entrego su hoja de salida- le sonreí

-Cuidese bien de los accidente no la quiero ver por aquí de nuevo- me señalo sonriendo

-Bueno intentare lo mejor de no tener más accidentes- me reí

-Nos vemos después señorita- asentí para esperar que el saliera y celebrar.

Las chicas ayer me habían traído ropa para poder salir de aquí.

Me puse de pie y fui al baño en donde me arregle.

Al salir ya estaba mi madre ahí.

-¿Qué haces vestida así?- señale el papel en mi camilla

Ella se paro y lo tomo.

-Al fin- aplaudio feliz

-Pero primero a comer el desayuno y después nos vamos- asentí

-¿Quieres que te deje en tu apartamento o en el trabjo?- lo pensé un poco

-En mi apartamento para poderme duchar bien y entonces me deja en el trabajo- ella asintió

-¿No haz pensado tener un auto?-

-Si, pero ya serían tres y realmente todas vamos al mismo lugar- mi madre asintió

Desayunamos hablando de diferentes temas hasta que dicidimos irnos.

Las enferemeras que me atendieron todo este tiempo se despidieron de mi y de mi madre.

-Pensé que Ulises no me agradaría- la mire un segundo

-¿Por qué? No es la primera vez que lo conoces- ella asintió

-Lo se, pero que mintiera que era tu prometido para que te atendieran era lo que me enojaba- pauso- Luego vi en sus ojos como te quiere y como se estaba preocupando por ti que era imposible odiarlo- me reí

-El es bueno, solo que no me decia las cosas como eran realmente-

-Todo era por cuidarte-

-¿Te conto?- ella asintió

-El primer día que llegamos tuvimos una charla larga sobre como todo paso-

-Me alegra saber que se llevan bien- ella asintió

-Desde tu primera colección el siempre nos invita a que participemos, pero por el trabajo no podemos estar viajando cada mes- me sorprendí

-No lo sabía-

-Penseq ue te lo había dicho, pero Ulises todos los meses nos mandaba el boceto de tu colección y de loq ue estarias sacando, junto a dos boletos de avión tentativo para cuando quisieramos viajar- no podía creer todo lo que el hacia en secreto.

-Hija, el es un buen hombre, quizás sea torpe como tu padre en oculatar detalles, pero se nota que lo que siente por ti es sincero- asentí

-Lo se- le sonreí

Cuando llegamos a mi apartamento nos bajamos juntas.

Mi madre tenía las llaves y no me sorpendid aque las chicas se la hubieran dado.

Romanov | Un nuevo comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora