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Ulises D'Amico

Tenía una erección que ya me dolía y estar con eso todo el día no era lo que yo quería.

-Necesito que te quedes frente a mi- dije tomando sus cosas

-Que no puedo irme- sus palabras y sus acciones no iban a la par

-Iras a nuestra cama desnuda mientras te hago mía todo el puto día-

-Vamos- salí con ella de su oficina

La mantenía frente a mi para que no vieran mi erección.

-Usen gorrito- Ashley levanto su voz

-No lo necesito- le respondí

-Amor- Dafne se giró para golpear mi hombro

-Vamos- subí a mi elevador con ella

Cuando las puertas se cerraron la pegue a una pared mientras que restregaba mi erección contra su cuerpo.

-Dios te deseo- bese su cuello

-Amor- ella gimió

No me importaba donde estábamos realmente, solo quería sentir su cuerpo

-Amor las puertas se abrirán- me separare de ella no tan feliz

La volví a colocar frente a mi para irnos hasta mi auto

Una vez en el auto arranque rumbo a mi casa.

Ella ni corta ni perezosa coloco su mano sobre mi miembro.

-Dafne- la mire sorprendido

-Solo ayudo un poco- vi como bajo mi cremallera y saco mi miembro

Gracias a Dios los cristales del auto tenían tinte.

Igual que ella coloque una de mis manos sobre sus bragas para jugar con ese botón que las vuelve loca

-Tendremos – pauso evitando gemir- un accidente-

-Ya queda poco- moví mis dedos con fervor

-¿Para qué?-

-Para que te corras- moví su braga aun lado e inserte dos dedos

Ella cerro sus piernas evitando que mi mano se moviera, pero mis dedos lo podían hacer.

-Detente- sonreí mientras seguía con mi misión

Ella tenía la suya también.

-Nena pon tu mano que ensuciare el auto- anuncie antes de mi pelvis se moviera por si solo

-Dios- gimió y sentí sus corrida en mis dedos también.

Era lindo haber tenido el orgasmos los dos juntos.

-Ya llegamos- anuncié mientras me estacionaba en mi casa

Saque mis dedos de su interior para limpiar mis manos con una servilleta

Ella también saco una servilleta de su cartera y limpio su mano.

Me coloque mi miembro dentro de mi pantalón, pero este seguía igual.

-Creo que moje el asiento-

-Eso no importa- le sonreí para besarla

-Bajemos antes de que te haga mía aquí mismo- ella asintió

Tome su cartera para entrar a la casa

Una vez la puerta se cerró los dos tiramos las cosas al suelo para pegarnos como dos imanes.

Romanov | Un nuevo comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora