Romanov | Un nuevo comienzo

˙42˙

Ulises D'Amico

Dos semanas habian pasado y ella seguia igual.

-Hola amor, soy yo de nuevo- bese sus labios cuando estuvimos solos

-Con tus vestidos que dejastes ya aprobados estamos montando la nueva colección- tome una toalla humeda y la pase por sus manos

-Las enfermeras me mencionaron que has estado mejorando, pero no despiertas- pase un poco de la toalla humeda por su rostro

-¿Con que esta soñando mi reina? Espero ser yo quién este en ese sueño-

Había comprado un labial para colocarselo en sus labios.

No tenía ningún color, solo era para humectarlos.

-Estas tan jodidamente hermosa que me enamoras cada segundo-

Claudia le había trenzado su cabello para que no se le enredara.

Una enfermera entro mientras yo terminaba de ponerle el humectante en sus labios.

-Se notan que todos la quieren- asentí

-Ella es la luz de mis ojos- susurre

-Es una pena que aun no despierta de su coma-

-Se que pronto despertara- ella reviso su vitales

-Todo parece normal- susurro

-Gracias- le sonreí cuando ella salió

-Sabes tengo unas cosas que contarte, me gustaría que fuera caudno estes depierta, pero no puedo seguir ocultandote todo acaricie su cabello

Ya su herida estaba casi curada.

-No es mentira que fui el primero en enamorarme cuando te vi en el avión sentada al lado de Mario. Me pareciste la mujer más hermosa de este mundo, pero mi lugar no era a tu lado sino que en la primera clases. Odie a Mario ese día tanto- me reí

Tome su mano y entrelace nuestros dedos.

-Quería estar a tu lado y solo hablarte por las horas en que estuvimos en ese vuelo. Sabia perfectamente que serias mi empleada, pero en mi corazon te quería como la mujer de mi vida-

-Sabes quisiera presentarte a mi madre- pause acariciando su mano

-Se que ella te amara- coloque su mano en mi mejilla

-Quisiera volver a sentir tus caricias- mis ojos ardieron de nuevo

-Nena te necesito- llore

Ya no podía ocultar el dolor que tenía de no tenerla a mi lado.

No tener su sonrisa, peleas y besos para mi me dolía mucho.

No podía dejar de llorar.

Todo esto se me hacía difícil.

-No pensé tener tanta dependencia de ti- limpie mi rostro

-Sabes mañana tenemos la reunion para saber el tema de la colección- bese sus manos

-Me gustaría tenerte a mi lado con uno de tus trajes que me vuelven loco y desearte toda la reunión-

Siempre que venia al hospital era lo mismo, pasaba un tiempo diciendole todo lo que habíamos hecho en la empresa y como la extrañaba.

Luego de hablarle me acomoda junto a ella en su camilla y dormía abrazado a ella.

-Buenas noches mi reina- bese su mejilla

Las luces de la habitación se apagaron y dormi con la mujer de mi vida.

Ella era todo lo que necesitaba en este punto de mi vida.