Con el albor de la mañana asomándose entre los ahora devastados picos gemelos de Plata, el estridente graznido de las aves que habían pasado su noche en el territorio de Vanadio se hizo presente retumbando como un canto por todo el altiplano, un canto que advertía sobre la reanudación de su travesía hacia la cadena montañosa donde solo gobernaba la justicia del comandante Bismuto; la dichosa tierra prometida a los pies de Ciudad Molayne.
Y en el cielo, aguardando por su partida, se encontraba además siempre lista para seguirles el paso la impenetrable fortaleza del general Naranja; el onírico castillo de la Alhambra, capaz de alzarse por encima de cualquier Pokémon superando a la lógica y la razón con su bella imagen de fantasía. Así, un símbolo que en tiempos remotos llegó a representar divinidad y esperanza, terminó transformado en un mero emblema que presagiaba la desgracia y el caos cuando se vio ensombrecido por las alas negras del ejército de Mercurio sobrevolando sus alrededores.
-¡¿Qué diantres es eso?! -Salió corriendo un viejo Thievul muy asustado de la iglesia por el incesante graznar de las aves.
-¡Es el fin de los tiempos! -Balbuceó un bien vestido Gumshoos, contemplando la magnificencia de la fortaleza alzada en el cielo-. ¡Arceus mismo ha bajado a ejercer su castigo en estas tierras desoladas!
-¡Rápido! ¡Sacrifiquemos a Hakonesia para ganar nuestro perdón! -Hizo el zorro que todos sujetasen al pato para llevarlo a la mesa del altar.
-¡¿QUÉ CREEN QUE HACEN?! ¡ALEJEN MI PROPIA ESPADA DE MÍ!
-Son los pájaros de Mercurio -Informó el Obstagoon líder del gremio-. A la cabeza va el Pokémon que acabó con estos pueblos. Parece que van rumbo al territorio de Bismuto y no para el festival. Me pregunto que estará pasando allá... -Mencionó nervioso recordando las palabras de Amaranto, siendo consolado solo por las caricias de la Breloom a su lado.
-El ejército de Mercurio consta solo de Pokémon voladores ¿no es así? -Preguntó el caballo, haciendo que todos volvieran a centrar su vista en el Sirfetch'd.
-¡Rápido! -Pasó el zorro la espada de utilería al Duddrigon-. ¡Acabemos con Hakonesia antes de que pueda traicionarnos!
-¡AGUARDEN! -Suplicó el pájaro cubriendo sus ojos-. ¡LES JURO QUE NO SOY PARTE DE ELLOS, JAMÁS ME UNIRÉ A ESA HORRIBLE HARPÍA!
-¡Pruebas! -Demandó Luin-. Tienes medio minuto para convencernos antes de ser partido en dos.
-¡NOOOOOOOOOOO! -Aleteó con fuerza-. ¡NO ES JUSTO! ¡¿POR QUÉ NO LE HACEN LO MISMO A CAMBERTO?! ¡ÉL TAMBIÉN ES TIPO VOLADOR!
Cometieron todos los presentes un giro de 180 grados en el mismo sentido y a la misma velocidad, buscando al Hawlucha apoyado en uno de los pilares más próximos a la entrada del templo.
-Camberto, ¿vas a traicionarnos?
-No lo creo, al menos no me parece que eso sea algo muy justo ni oscuro.
Se tornaron todos de vuelta al pato en un solo paso que resonó con la coordinación y experiencia del mejor ejército militar en el planeta.
-Se agotó tu medio minuto. Exire, acaba con él.
-¡ESTA BIEN! ¡ESTA BIEN! ¡LES DIRÉ POR QUÉ NUNCA ME UNIRÉ A MERCURIO! ¡SOLO DENME UN SEGUNDO! -Manoteó negando en el aire.
-Tic
-PUEDEN CONFIAR SIEMPRE EN MI POR ESTO... -Suspiró extendiendo su ala derecha.
-¿Ah? -Se acercaron todos con cuidado-. ¿Qué se supone que nos estás mostrando? ¿La mugre de tus alas?
-¡LAS ALAS NO, LAS PLUMAS ¿NO LO VEN?! -Se arrodilló bajando la cabeza en señal de completa derrota-. ¡SON HORRIBLES! ¡UNA TOTAL DESGRACIA!
-No entiendo, osea si son horribles como solo tú podías serlo, pero aun así...
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Pokémon: La fuga del soñador
FanfictionUn Lucario que pasa sus días soñando con convertirse en caballero y un Lycanroc obsesionado con recuperar lo que le fue arrebatado, unen sus fuerzas a las de un Espeon desesperado por conseguir un objeto legendario procedente de la era mitológica. ...