20- Chaito, bye bye, no vuelvan

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^Bianca^

Estoy frente al departamento de policía. Voy a sacar a Rebe de aquí. Obviamente, porque, soy buena persona, solo por eso. Nah! Que mas dá, solo quiero pasar la tarde con ella, tengo cosas que contarle.

Entro en ese lugar, y escucho a un par de chicas cantando "Quien te va a amar como yo" de Kevin Roldan. Ignoro lo anterior y me dirijo a la oficina del jefe civil. No llego a tocar porque el ya me abre.

-Tu eres la que viene por los tres chicos?- pregunta careciendo de amabilidad.

-Si?- creo que se refiere a Rebecca y sus amigos.

-Pues al fin! No lo aguanto- me hizo pasar.

Lentamente me adentré en esa habitación, es escalofriante.

El hombre, se va acercando a su escritorio, pero, para en seco frente a la ventana y observa por ella.

-Es tuyo?- pregunta.

-El coche?- el asiente -si, algún problema?-

El toma una carpeta de su escritorio y comienza a hojearla  mientras observa por la ventana.

Que está haciendo?

Su expresión es indiferente y eso me preocupa. El no poder descubrirlo me preocupa.

-No puedes llevarlos- afirma.

-Que?- pregunté indignada.

Hijo de su...

-Tienes una infracción en el tránsito- dijo como si nada.

Que? Pero si soy muy cuidadosa. Creo...

-Pago la multa! No hay problema- digo en tono suplicante.

Mi mamá es una famosa diseñadora de modas, el dinero no es problema para mi.

-Puede pagar su multa. De hecho, lo va a hacer, pero, no puedo permitir que un delincuente saque de la cárcel a otro delincuente- contesta.

Delincuente?! No soy una delincuente!

Calma, Bianca, respira. Lo hace para provocarte...

Trato olvidar mi enojo y prosigo: Plan B.

-Y si negociamos?- digo con picardía.

-Negociar?- pregunta sonriente -Que clase de negocios?-

Camino alrededor del escritorio y me siento frente al jefe civil.

-Usted decide- le respondo.

De sus labios se forma otro tipo de sonrisa. No sé que significa, pero, me gusta.

^Rebecca^

-Otra!- Suplica Dulce.

Bianca tardaba mucho en llegar, así que Dulce y yo nos pusimos a cantar, tal vez así el tiempo pasaba más rápido. Y luego de doce canciones completas, tomamos un descanso.

-Por favor, ya no más!- chilló el vigila.

-Pero si cantamos muy bien!- le reproché.

Rafael, me fulmina con la mirada mientras niega con la cabeza.

-Cuando llegará la habladora?- pregunta Rafael con la mano en la cabeza.

-No tardará- le respondo secante. 

-Eso espero- murmura Dulce.

-Yo igual- susurra el vigila.

Los tres le dirigimos una mirada llena de furia.

Si con la mirada mataras, seguro el estaría cinco metros bajo tierra, y en su lapida la siguiente frase:

"Así terminas si eres un imbécil que no sabe reconocer a unas talentosas cantantes"

El hombre avergonzado se retira.

-Chicas...- nos llama Rafael y ambas le miramos- Una vez que la habladora no saque de aquí, esto se olvida. Nadie se puede enterar. Esto puede perjudicar nuestra carrera Rebecca.

Tiene toda la razón, es malo para nuestra imagen.

-Y Dulce- sigue y mira al techo buscando algo que decir -tus padres seguro te castigan- dijo inseguro.

Dulce asiente frenéticamente con una expresión de horror.

-Secreto?- Pregunta extendiendo su mano.

-Secreto- responde Dulce, tan rápido que parecía una reacción por reflejo y posó su mano sobre la de Rafael.

-Secreto- sellé poniendo mi mano sobre la de Dulce.

Los tres sonreímos tontamente, como niños que hicieron una travesura.

Ahora que lo pienso, creo que es eso lo que somos...

La voz de una mujer gritando nos interrumpe.

Conozco esa voz...

-Suelteme! Ahora! Llamaré a mis abogados! Son más de dos!- grita a lo lejos.

Y allí esta... Justo quién creía.

El jefe civil carga a Bianca en su hombro como si fuera un saco de patatas.

-Creo que es amiga suya- dice abriendo la celda.

-Mi heroína- susurra Dulce con notable ironía.

El jefe civil la baja y ella se pone a gritar.

-Escucheme bien!- lo amenaza con el índice -Preparese para dejar ese cómodo sillón y venir a colocar su horrendo trasero en este cemento de quinta!-

-Está igual de loca que ustedes tres- nos señala con la barbilla mientras vuelve a cerrar la celda- acaso ya no hay jóvenes normales?-

Lamento desilusionarlo, pero, nop.

Mientras el jefe civil se aleja, nosotros miramos con reprobación a Bianca.

-Se supone que nos ayudarías no que te unirias!- le riñe Rafael.

-Se me salió de las manos- dijo con un puchero.

-Ahora que hacemos?- pregunto.

-No sé- Responde Bianca.

-Utilizaste tu llamada?- le pregunta Rafael a Bianca y ella niega con la cabeza- llamemos a Penelope después de que ella salga de la universidad-

-Como sabremos la hora?- Pregunta Dulce.

-Ella sale al mediodia- dije.

-Así que cuando sus estómagos comiencen a gruñir, es porque llegó la hora- agregó Rafael.

Nos sentamos y esperamos a que pase el tiempo.

***

Creo que llevamos dos horas aquí y tengo todo, a excepción de hambre. Creo que todo esto me deja sin apetito. Y a los demás también.

-Al fin alguien se anima a dar la cara por ustedes!- exclama el jefe civil acercándose.

Nosotros nos intercambiamos miradas de duda, aún no llamamos a Penelope.

-Chaito, bye bye, no vuelvan…- dice el jefe civil una vez que abre la puerta.

Quién es??

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