En los fines de semana las siestas son sagradas para JeongHan. Adora trabajar, pero también dormir. WonWoo más que nadie lo sabe, por eso le deja descansar y se ven en la mañana o noche, pero ésta vez es diferente.
—¿JeongHan?
—Hmmmh —respondió con un sonido gutural, apenas consciente ya que el menor lo despertó con suaves movimientos.
—¿Puedo acostarme contigo?
—Hmm-hmm.
Fue una cuestión de segundos para sentirlo meterse bajo las sábanas, tímido, y al cabo de un rato de silencio volvió a escucharlo.
—¿Y abrazarte?
—Sí —murmuró, y WonWoo de inmediato se enredó en su cuerpo. Cruzó las piernas entre las suyas, envolvió con los brazos su torso y recostó la cabeza en su espalda.
Abrió los ojos por una milésima de segundos, viendo la hora que marca el reloj en la mesita de noche. 15:20, era temprano, podía dormir un rato más.
Volvió a cerrarlos, sorpresivamente cómodo con el peso del hombre encima y decidido a continuar la siesta.