—¿Qué hace este cabello en tu camiseta, WonWoo? —preguntó Chan, quitando ese largo pelo castaño de la espalda del mayor. WonWoo se giró hacia su lado sin importancia, observando dicha hebra—. No sabía que tenías novia.
—No tengo novia —corrige, tomándola entre su mano cuando el contrario decidió que era suficiente de inspeccionar—; es de JeongHan.
—¿JeongHan? —Chan, en lugar de preocuparse por haber confundido al hombre que en algún momento fue su profesor con una chica, su rostro se desfiguró por otra razón—. ¿Desde cuándo tiene el cabello tan largo?
—Uh… Dos años, tal vez —WonWoo hizo una mueca, intentando recordar cuánto tiempo lleva dejando crecer su cabello—. Lo tiene demasiado largo, le llega a la mitad de la espalda. Esto no es nada.
Chan lo mira con ojos bien abiertos, sorprendido. ¡Si esa hebra era demasiado larga, no quería imaginarse a comparación de toda su cabellera!
WonWoo se encontraba comiendo las sobras del estofado del mediodía, ese que preparó junto con JeongHan antes de que él partiera a sus clases.
Dio un bocado, tranquilo y acariciando a Pepa en su regazo, hasta que tuvo que detenerse al sentir una textura extraña en su boca.
Como pudo separó los alimentos, palpando con su lengua contra el paladar esa anomalía. Era duro, largo, cortaba si apretaba de más.… ¿Un pelo? ¿Acaso se tragó un pelo?
Disgustado quitó la hebra con lentitud, tirando de un extremo y expectante de la horrorosa longitud que parecía no tener fin.
¿Cómo diablos no se dio cuenta de la presencia de ese cabello? Había tragado una infinidad de pelos de gato, mientras dormía y besaba al animal. ¡Pero esa hebra era de al menos treinta centímetros!
—Ugh… —quejó, con un escalofrío recorriendo su espina y Pepa enojada por la repentina interrupción de sus mimos.
