34. Silencio

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JeongHan no es una persona que se exprese mediante palabras, y tampoco le gusta comunicarse por ese medio. Quizás esa sea la razón por la que a WonWoo le ha costado acoplarse al castaño, es demasiado evasivo.

Con delicadeza se sentó a su lado, en esa banca mecedora ubicada justo en el porche. Mantuvo el silencio, esa distancia, ese límite que el otro necesita. Simplemente se permitió disfrutar la presencia, el silencio del atardecer.

JeongHan se mecía con pereza, y cuando el azabache le ofreció ese descanso lo aceptó sin vacilar.

Nunca pasa nada en la calle del mayor, es muy aburrido a la hora de chismear. De vez en cuando es relajante sentarse allí.

Al momento de girarse hacia JeongHan, WonWoo se sorprendió al ver esos ojitos llorosos ceder al cansancio.

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