3. Dylan

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Se abren las puertas de Crazy Life. Uno de los hoteles de la cadena Jones, de mi propiedad. De solo escuchar el nombre puedes deducir el ambiente.

Aunque no todos los hoteles que me pertenecen son así, este es el único hotel para mayores de veintiuno, aquí eres libre, con letras mayúsculas, aquí puedes ser tú. Cómo mencioné antes tengo otros, aquellos son para el disfrute de la familia o para todo público.

Los empleados se colocan en una línea, inclinándose hacia delante para infundir respeto mientras camino por el medio. Me gusta que sea así.

—Señor —me alcanza Spencer, mi mano derecha en el trabajo —, están esperándolos.

Aquí en este hotel radica mi dirección, algo así como mi oficina. Desde aquí velo todo, eso no quiere decir que me aparezca en cualquier hotel de mi propiedad o cualquier restaurante de imprevisto y pobre del que no esté haciendo bien su trabajo. Todos mis empleados saben que no me tiembla la mano a la hora de despedirlos cuando no hacen lo que deben.

Abro las puertas de mi oficina. Está condicionada para que desde afuera no se escuchase nada, por lo que solo al entrar es que escucho el bullicio. Al entrar en la sala todos hacen silencio.

No soy cortés, mucho menos me río con las personas que hago negocio, no quiero que piensen que pueden intimidarme o pasar por encima de mí.

—Leon —menciono a uno de los hombres que me esperaban—, sabes que no me agradan las visitas inesperadas.

Leon es mucho mayor que yo, aunque fui yo quién lo ayudó a crecer nuevamente y a ser quién es hoy. 

—Es algo importante Dylan —expone—. Michelle Swan tiene un negocio que nos puede interesar.

Es el papá de Alessandra, lo recuerdo perfectamente. Por su parte él parece no conocerme o lo finge, algo me da mala espina aquí.

—¿Por qué no te reuniste con él? —le pregunto—. No estoy interesado en ningún negocio.

—Escúchalo —interviene Leon —, y ya después decides.

—Sé de una sociedad que los hará ampliar sus negocios y por supuesto llenarse de verdes.—No ha dicho mucho, pero sigue sin cuadrarme. Tengo tacto para esto, mi instinto no falla.

—¿De qué se trata? —pregunto haciéndole una seña a Dizzy para que me alcance un whisky. Me recuesto al espaldar de la silla y lo apremio para que hable.

—Les explico —expresa—, Dasson King quiere expandirse en los negocios…

—No me gustan las reuniones con intermedios —lo interrumpo.

Él me observa, yo le doy otro trago a mi whisky.

—Precisamente lleva cinco meses de viaje —continúa él—, pero hemos estado hablando muy seguido sobre lo que le interesa y por supuesto yo obtengo mi buena tajada. Dasson ha creado una nueva bebida y quiere comercializarla aquí.

—¿Qué nos incumbe eso a nosotros? — pregunto una vez más serio.

—Ustedes tienen la mayor cadena hotelera —explica—, y en tu caso también de restaurantes —me señala a mí—, King necesita a empresarios importantes como ustedes que patrocinen su bebida.

Inmune a ti [Inmunes 3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora