34. Alessandra

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Ayer al salir de casa de Bruno, todos nos esperaban fuera. No sé si escucharon mis gemidos, pero me importa poco.

Rita dijo que ella se encargaría de él, que le haría sufrir bastante. Michel la interrumpió y le dijo que esa era su decisión pero que él no quería saber los detalles.

El señor, Leon no dejó de mirarme con un brillo en los ojos. Sé que debía hablar con él, pero fue un día demasiado duro para mí y prefería descansar.

Por otra parte, les faltó contarnos cómo fue que lograron estar a salvo del incendio.

Tomé a Ashley en brazos.

— ¿Podemos hablar... —dijo mi padre pero lo interrumpí.

—Sé que debemos conversar —expliqué—. Los cuatro —Miré a Dylan—, pero el día de hoy me ha superado. Necesito descansar, por favor, mañana vayan a casa de Dylan para el desayuno y hablaremos.

—Está bien hija —Me besó en la frente Michel—. Nos vemos mañana.

Asentí con una leve sonrisa y me marché con Dylan y mi pequeño tormento.

***

Me levanto de prisa de la cama para darme una ducha y preparar el desayuno, muy pronto estarían ¿mis padres? en casa.

Dylan aún dormía con Ashley a su lado. La niña tenía un piecito sobre Dylan al igual que una mano. No sé cómo él no ha despertado de la incomodidad.

Cuando termino de arreglarme completamente voy a la cocina a preparar el desayuno.

Inicio poniendo los trozos de bacon en la freidora. Agrego un poco de aceite de oliva al sartén y voy friendo los huevos. Cuando el bacon estuvo listo los coloco en un plato. Preparo la mezcla para pancakes. Atiendo los huevos. Ahora mismo necesito otras dos manos más. Termino con los huevos y comienzo a hacer los pancakes.

Siento a alguien respirar en mi cuello. Doy un leve brinco.

—Te has levantado muy pronto de la cama —comenta Dylan.

—Recuerda que Michel y Leon vienen a hablar —le digo y beso sus labios.

Atiendo el pancake que tengo en la sartén. Dylan aprieta mis nalgas.

— ¿Te falta mucho? —susurra a mi oído—. Debemos bañarnos.

Río.

— ¿Bañarnos? —levanto una ceja—. Me bañé hace minutos

Mueve la cabeza afirmando y me aprieta contra él.

—Pues quiero que te bañes de nuevo —responde con una sexy sonrisa.

—Prepara el sumo de naranja —le digo—, y entonces terminaremos ya.

Él accede sin protestar. Termino con los pancakes.

Dylan me toma de la cintura y tira de mí hasta la habitación. Ashley aún seguía dormida.

—Lleva ropa para el baño —le digo. Yo también recojo ropa.

Nos miramos fijamente a los ojos mientras nos deshacemos de nuestra ropa. La tensión aumenta.

Como si tuviera ganas acumuladas me agarra de las caderas y me arrastra hasta debajo de la ducha. El agua cae sobre nuestros cuerpos mientras su boca se come la mía deliciosamente. Rodeo mis manos en su cuello haciendo más posesivo ese beso desbocado. Él se apodera de mis caderas. Siento su erección rozando mi pelvis. Baja sus manos hasta mis nalgas y me levanta un poco más haciendo que sienta su sexo justo más abajo. Estamos a un ritmo vertiginoso, como si nuestra vida dependiera de esto. De un leve brinco me sube a horcajadas y me pega la espalda contra la pared. El azulejo está frío. Lleva su boca hasta mis senos y los besa. Me vuelvo loca en sus manos, bajo sus caricias.

Inmune a ti [Inmunes 3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora