Saben lo que siente tener toda la valentía y disposición de enfrentar una situación, pero cuando llega ese preciso momento todo se esfuma...pues así me he sentido hoy.
Jamás pensé que ella también estuviera ahí, delante de todos los que protestaban.
Ahora sí, estoy seguro que dónde quiera que vaya, ella estará.
Alessandra me puso las cosas muy difíciles, se ha tomado la atribución de ordenarme que no construiría ese hotel aquí, estoy demasiado cabreado.
Ha intentado seducirme con tal de hacerme cambiar de opinión y no es boba, así como yo la conozco perfectamente, ella también me conoce a mí.
No sé que coño me pasa que no logro alejarme cuando la tengo cerca. Esta maldita obsesión con su cuerpo me está volviendo loco y egoísta. No quiero que el tal Bruno la toque, su cuerpo es mío joder, pero ni con todo el cabreo del mundo va a lograr que yo me rinda a ella o le ofrezca mucho más que esto.
Aunque es mi niña, no voy a volver con ella, lo que pasé aquella vez va a seguir en mí como una espina y le voy a hacer mucho más daño de lo que le puedo estar haciendo ahora.
Quise mucho a Alessandra, me atrevo a asegurar que con mi vida, pero me destruyó totalmente cuando se fue sin despedirse. Me dejó solo cuando más la necesité.
Ahora estoy aquí conteniéndome por no sentarla nuevamente a horcajadas sobre mí y hacerla mía.
¡Sí joder! Quiero verla correrse gritando mi nombre y sentir como aprieta sus muslos a mis piernas, pero, me pone tenso ver cómo se ha comportado hoy y de los nervios saber que si la vuelvo a tener como antes y como nuestro reencuentro no sea lo suficientemente fuerte para alejarme.
Alessandra lleva mi mano hasta su sexo. Siento que el mío va a explotar debajo de mi pantalón. Me lo está poniendo muy difícil, estoy a punto de caer, pero el autocontrol retoma su posición. Retiro su mano junto con la mía de su sexo y llevo los dos dedos que ella había acabó de introducir a su sexo a mi boca. No podía irme sin saborearla.
—Vamos a conocer a las personas de ese lugar —le digo mientras ella pone una cara de disgusto, tengo que aguantar para no reírme.
—Era lo que querías que hiciera ¿No? —comento y me bajo del auto.
Joder no la estoy cuidando, le podría ir muy mal si alguien nos hubiese visto y tirado fotos. A mí me la suda el mundo, hago lo que me plazca, pero ella no, ella es mujer, ella si está involucrada de lleno en esa sociedad hipócrita, dónde las personas tratan de mostrarse impecable. No quiero ponerla en una posición difícil.
Entremos a una pequeña comunidad, me refiero con esto a muchas casas con una entrada y un patio común. Todos me miran raro, yo diría que hasta con odio.
¿Ya dije que el mundo me la suda? ¡Pues lo vuelvo a repetir!
Alessandra habla con una mujer y ella le indica una casa. Llegando a esta toca la puerta y sale aquella mujer que estaba frente a la protesta...Brisa...creo.
—Ya he vuelto —dice Alessandra.
Brisa se queda mirándome sorprendida.
—Pasen —comenta haciéndose a un lado.
La casa era muy humilde. Se puede notar como el sofá resiste, las paredes son tan frías y una de las ventanas está en muy malas condiciones. No es mentira que a estas personas le sobran los problemas.
Yo no les voy a mentir, si me iba a quedar con toda esta zona para mi complejo turístico, no pensé en las personas que aquí habitaban, no me importaba nada, solo mi negocio, pero Alessandra...¡Joder!! ¿Por qué hace que piense diferente?
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Inmune a ti [Inmunes 3]
RomanceAlessandra tiene una vida casi perfecta. Trabaja en lo que ama y está a punto de celebrar su compromiso con un hombre correcto y de prestigio. Pero la vida no es perfecta como creemos. Alguien importante de su pasado aparece justo cuando menos lo e...