Epílogo❤️ Alessandra

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Llevo minutos en un auto, no sé quiénes son o hacia donde me llevan. Nadie pronuncia palabra alguna. Tengo miedo, pero no puedo demostrárselos. Lucharé con todas  mis fuerzas para encontrar a Emily y salir de aquí.  El carro se detiene.

—Hemos llegado —dice alguien—.  Llévala con el jefe.

¿Jefe?

Unas manos agarran mi brazo izquierdo y me dirige hacia algún lado. No hay rastros de brusquedad. Escucho una puerta abrirse, me dirigen cuatro pasos más y me sientan en una silla. Lo próximo que escucho es la puerta cerrarse.

Me pone nerviosa no poder ver absolutamente nada.

Doy un brinco cuando pasa algo ligero por mi piel. Recorre mis muslos, mis manos y mi cuello. Trago saliva nerviosa. Siento un hielo sobre mi cuello, suspiro brusco, el hielo se resbala hasta el medio de mis senos, ahí se detiene por el sujetador, próximo a derretirse. Y entonces la boca de alguien besa mi cuello.

¡Y no sé por qué carajos no me desagrada!

Dylan me habrá convertido en una ninfómana o qué ¡Me han secuestrado! ¡Cómo demonios en vez de gritar estoy disfrutando de esto!

Ese alguien sube mi blusa junto con el ajustador por encima de mis pechos. El trozo de hielo que aún no se había derretido del todo se desliza por mi barriga y como si ya con eso no fuera suficiente separan un poco el pantalón  y la braga y el hielo termina su recorrido exactamente ahí en mi sexo.

¡Estoy frustrada y enojada con mi cuerpo, como puede ser que se excite de esta manera joder!

Me quitan el pantalón junto con las bragas. Me remuevo incómoda en el asiento. Unas manos en mis muslos me empujan un poco hacia el borde del asiento y me abren aun mas las piernas.

Espera…esas manos…

Y sin tiempo a reaccionar siento una lengua con mucha habilidad sobre mi sexo. Chupa mi clítoris para luego posicionarla justo encima, moviéndola rápidamente. Aguanto  los gemidos mientras cierro las manos en puños para descargar de alguna manera todo lo que esa lengua está provocando.

¡Que esto sea un juego pervertido de Dylan! ¡No sé si es producto a la excitación, pero esas manos sentí que eran de él, sin embargo, no es su perfume!

La lengua llega a la entrada de mi sexo, la mueve en círculos ahí para luego introducir la punta. ¡Joder! ¡No sé cuanto más puedo contenerme!

—Detente —intento decir firme, para que no se note que me afecta, pero sonó todo lo contrario—. Por favor.

Ruego porque se detenga, si sigue así me correré y no podré aguantar los gemidos. Hace caso omiso a mis palabras. Continua moviendo tortuosamente su lengua sobre mi sexo, el placer me invade muy fuerte.

¡No! ¡No te corras Alessandra!

Mi cuerpo tiembla por el orgasmo y aunque apreté mis labios para no emitir sonido me fue imposible, casi grito.

¡Y ahora siento una jodida culpa que no cabe dentro de mí! ¡Le he fallado a Dylan! ¡Como mi cuerpo pudo comportarse así! ¡Fue un puto secuestro y hace horas Dylan me había hecho correrme! ¿Cómo puede ser que me comporte como perra en celo?

—Entiendes ahora porque estás tan enamorada de este imbécil —susurra a mi oído la bestia que se hace pasar por mi novio.

Una sensación de alivio invade mi cuerpo.

—Ahora si te voy a matar —digo como si estuviera enfada—. ¿Tenías que armar todo esto? ¿Por  qué simplemente no me follaste en el baño?

—Vi cuanto lo disfrutaste pequeña — dice cerca de mi cuello mientras que con sus manos desata la soga que tenía en mis manos.

Inmune a ti [Inmunes 3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora