22. Alessandra

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—Me he tomado todas las píldoras —digo con lágrimas en mis ojos.

— ¿Estás segura? —pregunta Keira.

—Sí —contesto firme—. No sé cómo sucedió. Mañana iré a la clínica a hacerme pruebas y ver el tiempo. También llevaré las pastillas. Juro que no he dejado de tomar ninguna.

— ¿Hay posibilidad de que sea de Dylan? —interviene con una sonrisa Eileen.

—Ei lo que más quisiera es que fuera de Dylan, pero, Bruno abusó de mí cada día. Hay más probabilidad de que sea de Bruno que de Dylan.

Me despido de las chicas, no sin que antes me repitieran unas mil veces que las llamase por cualquier cosa, que ellas me apoyarían y que mañana estarían en la clínica temprano.

Miro el reloj, falta poco para que Bruno llegue así que le preparo la cena. Ahora sí debo impedir a toda costa que me pegue. Debo cuidar a mi hijo a como de lugar.

Si es de Dylan, que las probabilidades son cortas, buscaré la manera de escaparme con él. Si es de Bruno, que es lo peor que puede pasarme en la vida, cuidaré a ese niño con uñas y dientes de su propio padre.

Odio a Bruno, es cierto, salir embarazada de él es algo por lo que luchaba día a día para que no ocurriera, pero, no puedo deshacerme de este bebé, él no tiene culpa de nada. Además dejaré de sentirme tan sola. Tendré a alguien por quien luchar cada día.

Sirvo la mesa y justo cuando termino la puerta se abre. Bruno entra con una estúpida sonrisa en su cara.

—Buenos noches cariño —dice y besa mi frente.

—A parte eres bipolar —digo. Él sonríe.

— ¿No comerás? —pregunta mientras se acomoda en la silla.

—No tengo hambre ahora —contesto. Él asiente y emprendo mi camino hasta la habitación.

Me acuesto y agarro un libro. Quiero estar tranquila. Me tapo con el cobertor y me acomodo.

Voy por la segunda página del libro cuando Bruno entra en la habitación. La paz que logré durante unos minutos se esfuma. Debo reconocer que ahora sí le tengo miedo, miedo a que me golpee.

Él va hacia la ducha. Me alivia un poco la tensión. Continúo leyendo mi libro. Se me escapan algunos bostezos. Coloco el libro en la mesita de noche y me acomodo para dormir. Escucho como Bruno sale del baño, no lo miro. Vuelvo a sentir ese miedo. Se acomoda a mi lado, doy un leve brinco. Rodea su mano por mi cintura. Me quedo inmóvil de espalda a él.

Rezo una y mil veces mentalmente para que no se le antoje tocarme. Y parece que por esta vez todo está a mi favor. Escucho sus ronquidos. No ha intentado nada. Suspiro brusco e intento dormir.

                               ***
—Bruno ¿Crees que pueda salir? —le pregunto ya arreglada. Antes le llevaba la contraria, ahora no puedo—. Estoy demasiado aburrida.

—Está bien cariño —manifiesta y me da un beso en la frente.

No es que sea masoquista, que me guste como me maltrata, pero, es raro este comportamiento que tiene desde ayer.

Conduzco hasta la clínica. Al llegar ya las chicas se encontraban ahí. Las saludo a las tres y entramos.

—Ya he hablado —expresa Andrea—. Esperemos aquí hasta que te llamen.

Ellas se sientan en un sofá, yo camino de un lado a otro.

—Alessandra me tienes nerviosa —expresa Keira. Cuando llevo mi vista hacia ella observo como mueve mucho el pie izquierdo.

Inmune a ti [Inmunes 3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora