Han transcurrido seis malditos días. Seis días en los que no he salido de este puto cuarto. Seis días en los que he llorado como nunca en mi vida.
Mis padres me han llamado emocionados de que ya se celebrará la boda. No han venido siquiera.
Me siento demasiado sola. No cuento con nadie. El dolor que siento es inmenso.
Se acabó el llanto. Esto no resolverá nada.
Me levanto de cama directo para la ducha. Él me joderá mi vida, esto será un infierno, pero antes iré a vivir los últimos momentos de felicidad.
Termino de bañarme, me envuelvo en la toalla y me siento delante del espejo a secarme el pelo.
Posteriormente, unto crema en toda mi piel. Voy hasta el armario y elijo un saya ajustada y un top, ambos blanco. Me coloco unas sandalias de tacón. Dejo mi pelo suelto. Aplico rimel en mis pestañas y brillo en mis labios. Finalmente me echo perfume.
—Cariño —dice irónico Bruno—, ¿ya te sientes mejor?
Le muestro una sonrisa fingida y paso por su lado. Iré a ver a Dylan, si o sí.
— ¿A dónde irás? —pregunta acercándose a mí.
—He aceptado que mi destino es estar contigo —comento y él ríe triunfal—, pero antes iré a despedirme de Dylan.
Él levanta su mano y me pega. No puede ser joder.
—Pégame todo lo que quieras —intento sonar firme—, pero no impedirás que me despida de él. Será una última vez.
Regreso a la habitación para aplicar base en mi cara. No quiero que nadie, mucho menos Dylan viera algún golpe. Me tocó hacer maravillas.
Cuando termino me cruzo con Bruno.
—Aquí te espero cariño —me deposita un beso en mi mejilla.
No miento cuando digo que está enfermo.
***
Llego a casa de Dylan. Siento como si fuera nuestra primera cita. Los nervios se apoderan de mí.Toco la puerta una vez. No responde. Intento una vez más, nada. Otra vez, sigo sin obtener respuestas.
Algo en mi interior se apaga. La tristeza se apodera de mi cuerpo, matando la poca esperanza que tenía de ser feliz una última noche.
Me doy vuelta con la intensión de marcharme. Es imposible que no haya ido al club por mí, por un mensaje que le he enviado. Es cierto que ha cambiado, por mucho que lo desee no volveremos a estar...
El sonido de la puerta interrumpe mis pensamientos. Dylan aparece en la puerta y aquella esperanza retoma su fuerza. Si puedo tener mi última noche.
—Hola —le digo con una sonrisa tonta.
Mi vida se está cayendo por un precipicio y en parte él y mi padre tienen culpa, pero, no voy a pensar en eso, voy a permitirme la mejor maldita noche de toda mi vida.
—Hola —contesta tomando mi mano y llevándome al interior de la casa.
—Pensé que no estarías aquí...
—Nos merecemos una última jodida noche antes que firmes tu sentencia de muerte —dice acercándome a una mesa preparada para dos, con velas al centro.
Estoy orgullosa de que solo yo pueda tener esa parte de él.
Dylan mueve una silla para que me siente.
— ¿Lo has preparado tú? —pregunto.
Él sonríe. Podría pasarme horas contemplándolo.
—Sí —contesta—. Es la primera vez después de tantos años que me preocupo por algo así.
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Inmune a ti [Inmunes 3]
RomanceAlessandra tiene una vida casi perfecta. Trabaja en lo que ama y está a punto de celebrar su compromiso con un hombre correcto y de prestigio. Pero la vida no es perfecta como creemos. Alguien importante de su pasado aparece justo cuando menos lo e...