VIRGOS | Namjoon & Jungkook (+18) Poliamor

13 | 𝙅𝙪𝙧𝙖𝙢𝙚𝙣𝙩𝙤

Recuerda quién eres, por lo que estás, y siempre habrá un camino.

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El castillo del rey ha sido atacado por enemigos extraños, matan a guerreros, asesinan a inocentes y llenan de fuego el lugar entero.

Yeong-Junk ha sido amarrado un árbol. La entrada hacia el Castillo era consumida por el fuego, él pretendía escalar por un árbol a la habitación de la princesa Sang-Hee y salvarla, pero ha sido atrapado por el enemigo. Quién al verlo pequeño e indefenso deciden amarlo al árbol cuyo hace unos instantes pretendía escalar.

—¿Que haremos con este niño?—Expresa uno de ellos.

—Matarlo.

—¿Entonces porque amarrarlo al árbol?

Los tres hombres malos lo miran.

—Le haremos un agujero en la garganta y esperaremos a que se ahogue con su propia sangre.

—Pero antes debemos darle una golpiza—Dice el malo y le suelta un puñetazo en la mejilla haciendo que Yeong-Junk ladee su cabeza a un lado.

—¿En serio?—Cuestiona Yeong-Junk.—¿Saben si quiera con quién se están metiendo? ¡Soy hijo de alguien importante!—Grita molesto.

Uno de ellos lo mira con asombro y se acerca agachándose hacia él.

—Oh, lo sentimos, no sabíamos que eras hijo de alguien importante, déjeme ayudarte—En ese momento le tira un puñetazo en el estómago, Junk siente como su aire se sale por completo y todos ríen en el acto.

—S-Se van a arrepentir—Dice sofocado.

Los tres comienzan a golpearlo, a darle patadas y burlarse de él.

—Por favor caballeros—Una voz los interrumpe haciendo que se detengan.—Golpear a un niño de 15 años es demasiado deprorable, ¿Dónde queda su honor?.

Los tres malos miran al enigmático hombre de armadura blanca y tez aperlada que los observa sin miedo.
Estaban ante él mismísimo Nam-Kyu

—¿Un guerrero blanco?—Cuestiona uno de ellos.

—Pensé que se habían muerto todos en la guerra oscura.—Habla otro.

—Que importa. Él es uno y nosotros somos tres, vamos a matarlo y luego nos cojemos al niño.

—Son tres pero su fuerza juntos es como la de uno solo—Dice Nam-Kyu.—Vengan, terminemos con esto rápido.

Los tres hombres se le van encima intentando enterrar sus espadas en alguna parte del guerrero blanco, pero es inútil ya que este logra esquivar fácilmente sus ataques.

—No pienso alargar más está estúpida pelea—Nam-Kyu ataca a los tres hombres casi al instante y corta sus cabezas sin dejar siquiera que estos se percataran de ello.

Yeong-Junk observa aquella forma tan rápida y fácil de matar a tres hombres y por primera vez siente admiración profunda por un hombre.
Nam-Kyu se acerca y con su espada rompe la soga que lo mantenía amarrado al árbol, le extiende su mano y lo ayuda a levantarse.