VIRGOS | Namjoon & Jungkook (+18) Poliamor

30 | Blood × Blood

Las grandes victorias no se compran con lágrimas, sino con sangre.

Tiempo pasado...

—El hombre que está aquí de rodillas ahora mismo próximo ser ejecutado ha sido culpado de traición este hombre trajo a las personas que nos atacaron hace unos instantes pero gracias a nuestros guardias y los demás guerreros blancos hemos podido detener el ataque.—Dice el verdugo.— Pero antes debe decir sus crimines.—Nam-kyu mira a la reina y ella niega con la cabeza.

—Yo Nam-Kyu acepto todos los crimenes de los que soy acusado, soy un traidor y merezco morir.

Todo esto lo hacia para salvar a la reina. Él sabía que solo así podría salvarla.

—¿Puedo proceder su majestad?—Pregunta el verdugo.

—Procede—Dice Ji-Hu

En ese momento toma su espalda y la alza lo más que puede y cuando está a punto de bajarla para cortar su cabeza un grito llama su atención.

—¡Esperen!—Grita Sang-Hee y el verdugo se detiene. Ella se levantó de su asiento y Ji-Hu no puede hacer nada para evitarlo pues hay mucha gente viéndolos.—Toma su vestido y lo alza para bajar la escaleras, es largo y su corona pesa pero aún así ella baja y cuándo lo hace, tira su corona al suelo y corre hacia Nam-Kyu, se pone de rodillas y entonces lo besa frente a todos.
Todos miran con asombro casi sin poder creer lo que estaban viendo.

Sang-Hee pone su frente con la de él y entonces ambos se miran muy de cerca.

—¿Por qué lo hiciste Sang-Hee? Van a condenarnos a ambos

—No estoy dispuesta a dejar que te condenes por mi. Prefiero que condenen a tu lado—Dice Sang-Hee —Juntos.—Ayuda a Nam-Kyu a levantarse y quedan cara a cara.—¡Que todo el mundo sepa que te amo!

Todos comenzaron a hablar muy fuerte, estaban sorprendidos pero el Rey estaba enojado y no habia nada más peligroso que un primogénito molesto.

Ji- Hu sonrió era justo lo que necesitaba.

—Bien, entonces serán encerrados.—Dice él.—Todo el pueblo lo abucheo.

—Que maten a Nam-Kyu. No lo necesitamos—Sara llega de pronto susurrandole a Ji-Hu.—Recuerda que Sang-Hee tiene que casarse con Jarlath.

—¿Matarlo? P-Pero. No haré eso. No voy a hacerlo. Ya hice suficiente, deje que me utilizarán y que todos creyeran que yo soy el malo. Pero no más—Habla Ji-Hu molesto.

—Bien—Dice Sara.—De todos modos ya no eres necesario.

Sang-Hee y Nam-Kyu no sabían que estaba pasando.

—¡Atrapenlo!—Ordeno Sara y hombres de armaduras oscuras toman a Ji-Hu de su trono.

—¡Yo soy el rey! ¡Mi pueblo va a protegerme!—Grita Ji-Hu.

—Eres el rey de este pueblo. Pero el verdadero rey del mundo es mi hijo Yeong-Junk.

—¿Q-Qué?—Cuestionan Nam-Kyu y Sang-Hee al unísono.

—Mi hijo no es Ji-Hu, mi verdadero hijo, el que yo misma parí, es Yeong-Junk, es Jarlath, el único hijo y primogénito de Daebyeol. Todo este tiempo les ha estado viendo la cara—Dice Sara.