IV. RIVAL

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La esencia matutina que impregnaba la mañana se acentuaba con los cálidos rayos de sol que atravesaban los ventanales de la inmensa facultad. Cada rincón era alcanzado por aquel bello resplandor que inducía regocijo en los pasillos extensos y concurridos por estudiantes entusiastas. Sin duda, aquel fulgor, era una prueba innegable de un día grandioso e inminente.

Naruto en cambio, no compartía el mismo alborozo que emanaba del sol y del impecable cielo azul. De hecho, llegaba a pensar que el suave canto de los pajarillos, era más una molestia auditiva que una melodía agradable. Arrastraba sus pies de manera holgazán, mientras descendía lentamente por las escaleras del sexto piso, sin comprender por qué demonios no tomó el elevador cuando tuvo la posibilidad. Estando en su situación, tal opción habría sido la más conveniente; sin embargo, ya no tenía intenciones de volver para usarlo, así que su cuerpo se recargó de los muros, tratando de evitar caer o resbalar por los escalones.

El desgano en su expresión facial, hablaba por si sola, reflejando la evidente carencia de horas de sueño en la noche antaña. Su insomnio se basaba en los comentarios y elogios de sus amigos, los cuales lo tenían sumamente inquieto desde entonces. La enorme inseguridad que sentía incrementaba con cada uno de los pensamientos negativos que lo atormentaban. Realmente no se consideraba un mal jugador de básquetbol, pero definitivamente, dudaba ser ese capitán talentoso que ellos describían y admiraban.

Temía arruinarlo todo: perder su confianza sería fatal y desgarrador. Peor aún si llegaban a ponerlo en la banca.

Su cabeza fue sacudida de un lado a otro en un intento desesperado por deshacerse de las numerosas negatividades que lo abrumaban y no le permitían encontrar tranquilidad desde el día anterior. Incluso creía que saltar del último piso sería una buena forma de huir de sus inquietudes.

- Vaya... Te ves horrible- El vocífero varonil a sus espaldas, fue acompañado por una sutil burla.

Un suspiro fatigado se escapó de los labios del rubio al reconocer su voz. Sasuke, era indudablemente el individuo con el que menos había deseado coincidir en ese preciso momento. No tenía ánimos suficientes para lidiar con su arrogancia y hostilidad. Pero era lo que se ganaba por no haber tomado el ascensor hacia la recepción y estar divagando como un alma en pena por la sección Uchiha.

- Ya cállate, Sasuke- Reprochó sin siquiera mirarlo.

El azabache por su parte, contempló cada diminuto detalle, percibiendo las ligeras ojeras que reposaban bajo sus párpados y el cansancio que expresaban sus ojos azules carentes de brillo y el resto de su rostro.

- ¿Es que acaso ayer llevabas maquillaje y por eso no noté lo espantoso que es tu rostro?- Se mofó sonriente.

Naruto, ignoró sus palabras hábilmente, chasqueando la lengua. Su mirada cabizbaja, fue desviada a las baldosas debajo de sus pies andantes, evitando mirarle.

- Por lo visto, no tuviste una muy buena noche, Usuratonkachi.

- ¿Todavía lo dudas? No dormí nada.

- ¿Y eso a qué se debe?- Cuestionó, fingiendo desinterés.

- Eso no te concierne, Uchiha.

Dicha respuesta, Sasuke ya la había prolongado. Naruto no parecía tener intenciones de conversar demasiado y su demacrado semblante tampoco tenía el propósito de desvanecerse. Entonces, aprovechó la circunstancia, para aunque sea, arrebatarle una de sus deslumbrantes sonrisas de manera indirecta.

- Ya veo ¿Estuviste muy ocupado pensando en mí por la noche y por ello no quieres decirme?- Rió.

Aquello, fue capaz de divertir al desanimado Uzumaki, quien sonrió levemente por el comentario sardónico que había escuchado

Mi novio y mi rival (omegaverse) |EDICIÓN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora