XIX. SINCERIDAD

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Esos dos días que ha estado encerrado en su habitación, Itachi y Sai han ido a tocar su puerta en varias ocasiones. Probablemente Naruto ya les había explicado la situación, claro que tuvo que haberles contado su versión de la historia. La versión en la que el era el niño bueno y bien comportado incapaz de lastimar a una mosca. Imbécil.

El único que ha dejado entrar a su cuarto, ha sido Suigetsu, puesto a que el chico no estaba enterado de la relación que tuvo con el dobe, por ende no le haría ningúna pregunta incómoda o alguna mención inoportuna, además de que podía confiar plenamente en el, era como su tercer hermano.

Este le llevaba de comer y también lo mantenía al tanto sobre todo lo ocurrido respecto al torneo. Le había comentado que los de Kumogakure habían sido descalificados por los Ōtsutsuki siendo estos los ganadores de tres cuartos. También le había dicho que los de la preparatoria Amegakure solo tenían una oportunidad y que probablemente sería gastada hoy durante el partido con los Uzumaki. Un partido que claramente no iría a espectar.
No tenía nada que hacer en ese lugar y tampoco le importaba si Naruto perdía o ganaba, eso le resbalaba y lo mantenía sin cuidado.

¿A quien quería engañar? Claro que le interesaba. Obviamente no quería que los Uzumaki quedaran fuera de la competencia.

Realmente se preguntaba si su relación tuvo algún significado para el dobe. Porque justamente llegó Shion y a este se le ocurrió la brillante idea de serle infiel con ella ¿Por qué no le habló claro desde el principio? Aunque la verdadera pregunta era ¿Desde cuándo empezó a verse con Shion a escondidas? Y... ¿Por qué lo hizo? El recordaba como claramente le había dicho que sentía cosas por el y a juzgar por su mirada podía afirmar que todo lo que le había dicho era cierto ¿Entonces por qué...?

Pensar en eso cada vez le producía más dolor, era como millones de estacas clavándose en su pecho al mismo tiempo, impidiéndole a su corazón bombear sangre con normalidad. Era una especie de punzación que cada vez era más y más fuerte con el pasar del tiempo. Eso era el sentimiento más horrible que ha experimentado en toda su vida, jamás imaginó que un desamor fuera tan doloroso.

¿Era normal sentirse de esa forma? ¿Era normal querer llorar por eso? No lo sabía, pero se sentía realmente patético por querer romper en llanto por una estupidez como lo era esa, o bueno, así lo había catalogado; como una estupidez, pero verdaderamente tenía un mayor significado.

Soltó un largo suspiro golpeando el teléfono contra la cama y acostándose boca abajo para hundir su rostro en su almohada.

"¿No piensas venir a ver a Naruto jugar?"

El mensaje de Itachi le clavó otra estaca en el pecho. El solo quería olvidarse de la existencia de Naruto por un momento hasta reponerse por completo, pero todo se le estaba haciendo demasiado complicado... ¿Qué tan difícil era olvidar a alguien?

Apesar de todo, al menos había sacado algo bueno de todo aquello. Su padre le dijo que si seguía practicando, podría manejar su voz en poco tiempo. A veces si se lo proponía, podía controlarla y en otras ocasiones se le dificultaba, por eso debía de mejorar su concentración. Una vez que lo lograra, podría usar su voz de mando cada que se le antojara. Tal vez si no hubiera ocurrido ese percance, nunca se hubiera dado cuenta de que si era capaz de utilizarla.

Mientras Sasuke intentaba ignorar todo aquello y pensar positivo, Shion caminaba nerviosa por los pasillos del piso número 11. Se encontraba ahí debido a cierto llamado que había recibido. Obviamente no quería estar en esa área, esa planta le causaba cierto temor, además de que por ser uno de los últimos pisos, se encontraba bastante alto y ella le tenía miedo a las alturas, por no decir de sufría de vértigo, pero era su obligación estar allí.

Mi novio y mi rival (omegaverse) |EDICIÓN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora