Temprano por la mañana, se encontraba rumbo a la cafetería con las intenciones de desayunar.
Por alguna extraña razón que desconocía, ese domingo también amaneció lloviznando y lo odiaba. Sentía que la lluvia le daba un ambiente depresivo y monótono al entorno. Él prefería los días soleados y cálidos, cuando los pájaros eran felices y podía volar libremente por los aires mientras cantaban una alegre melodía.
Una vez llegó al extremo de su sección, observó el ascensor y las escaleras detenidamente. Parecía estarse preguntando cuál de los dos escoger para descender.
A pesar de su energía, en ese momento se sentía perezoso, así que decidió tomar el elevador. Se dirigió hacia él y presionó el botón para llamarlo. En poco tiempo, las puertas se abrieron, permitiéndole entrar. Fue algo extraño, ya que en otras ocasiones el ascensor solía demorarse más, pero no le dio importancia, prefería que llegara rápido. No le gustaba esperar.
Cuando entró al pequeño espacio, observó detenidamente los números del panel de control mientras consideraba presionar el número "3". Sin embargo, se abstuvo de hacerlo ante un repentino pensamiento que cruzó por su cabeza. Tal vez, si iba al quinto piso, podría encontrarse con Sasuke. Esa idea no le desagradó y, sin pensarlo dos veces, esbozó una amplia sonrisa y tocó el número "5".
Luego de un par de segundos, finalmente llegó a su destino. Salió cautelosamente, asegurándose primeramente que no hubiera nadie más más en el área. Suspiró con alivio al notar que era el único que merodeaba por los alrededores y comenzó a caminar con naturalidad, como si fuera una coincidencia encontrarse allí.
Colocó sus manos detrás de su nuca con el propósito de actuar con naturalidad y comenzó a silbar vagamente mientras recorría la sección. No sabía cuál era la habitación de Sasuke, pero tenía la esperanza de encontrarse con él de manera casual, como ocurrió el jueves pasado.
Fingió estar relajado mientras cerraba ligeramente los ojos. Sabía que no chocaría con nada, ya que el camino estaba vacío, y se dispuso a escuchar el sonido que emitía con sus labios.
De un momento a otro, escuchó un fuerte pisotón a sus espaldas y unas manos lo empujaron bruscamente hacia delante.
— ¡Boo!
Se sobresaltó de inmediato y dio un breve salto, perdiendo el equilibrio y cayendo al suelo. Atemorizado, se volteó rápidamente, para ver quién estaba detrás. Según el, podía ser un fantasma apunto de llevarse su alma. Al final, terminó entrecerrando sus párpados al ver a la persona que lo había asustado de tal manera.
— ¡Ja! ¡Debiste ver tu cara!— Lo señaló, carcajeando sonoramente.
— Eso no fué muy maduro de tu parte, Dei— Observó con molestia a su hermano y se levantó de la superficie con una mueca.
— No, pero si fué divertido— Pronunció entre risas que parecían no cesar.
Naruto sacudió su vestimenta rodando los ojos.
— Si, que chistoso— Mencionó con clara irritación e ironía.
Hablar de esa forma, solamente avivó las carcajadas del pelilargo, quien estalló en estridentes risas.
Naruto lo miró con el ceño fruncido, expresando su enojo.
Fue entonces que observó a su alrededor, recordando que estaban en la sección de los Uchiha. Se supone que Deidara no debería de estar ahí.
— ¿Tú qué haces aquí?— Se cruzó de brazos con curiosidad.
El mayor paró de reír casi de ipso facto— ¿Yo?— Su rostro se tornó de mil colores, siendo dominado por el rojo— L-la pregunta es: ¿Tú qué haces aquí?— Simuló autoridad, colocando sus manos en su cintura y elevó su mentón con determinación.
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Mi novio y mi rival (omegaverse) |EDICIÓN|
RomantikEra casi fin de año y todos los adolescentes de diferentes preparatorias sabían lo que significaba: ¡Torneo Nacional de Básquetbol! Naruto se encontraba más que eufórico, era su evento favorito en todo el mundo, sobre todo porque si ganaban nuevamen...