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Cada año, diversas preparatorias de distintas ciudades de Japón se reunían en un mismo lugar para competir y determinar cuál institución era la mejor en términos de habilidades físicas.El deporte a juzgar era el básquetbol. Se seleccionaba cuidadosamente a seis jóvenes Alfas y Betas de cada sede institucional, con el designio de escoger a los más habilidosos. Cinco de ellos conformaban el equipo oficial y uno actuaba como suplente en caso de alguna eventualidad. Así mismo, acudían cuatro porristas de variados subgéneros para animar y brindar apoyo al equipo durante los partidos.
En cuanto a otros estudiantes, preferían asistir como espectadores de las competencias con el permiso de sus padres. Era innegable que cada año, los enfrentamientos resultaban ser más complejos y emocionantes, por lo que era un espectáculo digno de apreciar.
Este evento patrocinado por la NBA, fue titulado "Torneo Nacional de Básquetbol" y, no tardó mucho en convertirse en uno de los más populares a nivel deportivo y estudiantil. Generalmente, era el más amado por los adolescentes hiperactivos a quienes les gustaba la adrenalina, la acción y la competitividad.
Por supuesto, este año, no era la excepción. Apenas concluyó el mes de septiembre, el torneo pasó a ser tendencia, rondando de boca en boca y siendo esperado con ansia por los atletas, quienes contaban los días impacientes por su llegada.
La demora fué extensa, tortuosa y exasperante, pero finalmente... Terminó.
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¿Felicidad? Felicidad era despertar recargado de energía y positivismo, sabiendo que el autobús con destino a Konohagakure partiría en pocas horas.
Tal sensación era sentida por Naruto Namikaze: un carismático alfa rubio, amante de los deportes. Se caracterizaba por su optimista voluntad y personalidad agraciada, capaz de doblegar a cualquier persona que le rodeara y, despertar el interés de las chicas Omegas y Betas que lo codiciaban. Asistía a la preparatoria Uzumaki, cuyos fundadores fueron sus bisabuelos Hashirama Senju y Mito Uzumaki. Aquella institución era propiedad de su familia desde hace más de 100 años y, aparentemente, no lograron encontrarle un título más original que su segundo apellido.
Bajaba los escalones a una velocidad sorprendete, sin preocuparse por tropezar o caer. Sus deslumbrantes ojos azules irradiaron efusividad y una amplia sonrisa cegadora al fijar a su familia en el comedor.
- Buenos día, Naru- Los labios de la linda Omega pelirroja, se curvaron de una manera encantadora y regocijante.
Naruto le besó cariñosamente la mejilla, en un genuino acto al que estaba acostumbrado por las mañanas.
-Buenos días, mamá.
Pese a su temperamento relativamente "sensible" su madre Kushina, era realmente un encanto de mujer, usuaria de maravillosas cualidades y dotes.
- Por fin despiertas, idiota. Pensé que llegaríamos tarde a recibir el autobús como el año pasado.
Aquel resoplido sardónico, fue proveniente de su mellizo, Deidara. Nació un par de segundos antes que él, siendo un beta atractivo, heredero de la mayoría de características de su padre y el índole temperamental de su madre.
- ¿Llegar tarde? ¿Bromeas?- Dejó resonar una estridente carcajada.
Se llevó el vaso con jugo de naranja a las comisuras y las humedeció, saciando su sed. Ciertamente, una de sus especialidades era ser impuntual e irresponsable; sin embargo, cuando se trataba de este evento, podía ser el más diligente de todos los seres humanos.
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Mi novio y mi rival (omegaverse) |EDICIÓN|
Roman d'amourEra casi fin de año y todos los adolescentes de diferentes preparatorias sabían lo que significaba: ¡Torneo Nacional de Básquetbol! Naruto se encontraba más que eufórico, era su evento favorito en todo el mundo, sobre todo porque si ganaban nuevamen...