3 años después...
—Buenos días—saludo entrando al comedor
Magnus me sonríe y llego a su lado dejando un casto beso en sus labios antes de sentarme a su derecha
—Buenos días, ¿Cómo dormiste?—pregunta y respiro profundo apretando los labios
—Soñé con mi Chris—murmuro y los ojos empiezan a arderme— un lugar oscuro y... Él encerrado en una celda, era horrible
Tres años han pasado desde la muerte de mi hermano. Aún me sigue doliendo en el alma, soñaba con él los primeros días, y nunca fueron lindos.
Eran sueños horrorosos, recuerdos de él peleando en el mortal cage, imágenes de él con disparos en el pecho... Cómo si mi conciencia se empeñara en recordarme la manera cruel en la que murió.
—Mi amor—pone su mano sobre la mía—, solo son pesadillas, creo que has estado pensando mucho en él
—¿Cómo no hacerlo, Magnus?—pregunto negando— sus hijos son su viva imagen, verlos es cómo verlo a él
Owen y Milenka Morgan; hijos de Chris y Rachel, mellizos. Los niños a los que muchos dan por muertos pero que están bajo mi cuidado y protección desde que son unos bebés
Stefan llegó aquí dos días después de haber creído que estaban muertos, estaba destrozado, tenía heridas en sus pies por caminar hasta llegar aquí, pero ambos niños estaban sanos y salvos.
Bueno, salvos, porque Owen aún tiene veneno al que luego identificamos como Hasse en su sistema.
La consecuencia fue que uno de sus ojos tuviera una pupila distinta, además de los problemas respiratorios que el veneno le genera.
—Ambos son muy Morgan—dice Magnus sacándome de mis pensamientos— y ellos siempre te recordarán a tu hermano, no es algo que podamos cambiar...
—Lo sé—asiento—¿Qué pasó con el correo que envío Bratt?
Bratt Lewis, ahora ministro de la FEMF. La maldita rata envió un correo pidiendo reunirse con nosotros con urgencia.
«Maldito imbécil»
Gema Lancaster es ahora su esposa, se casaron hace unos días.
«Boda que terminó de muy linda manera, con la madre de Gema muerta.
Es su karma»
Los ahora esposos Lewis Lancaster parecen estar urgidos por reunirse con nosotros, necesitan aliados ahora que la Dama de la mafia les pisa los talones.
Si, Rachel es la dama de la mafia, y una mujer completamente distinta que ha intentado matar a sus propios hijos a lo largo de estos tres años.
Aunque, nosotros no creemos esa máscara. He intentado acercarme a ella a lo largo de estos años pero Antoni le respira en la nuca, y cuando no está con él ella mantiene su farza hasta morir, no baja la guardia por ningún motivo.
Por supuesto que nadie, ni siquiera ella, sabe que los mellizos están aquí.
«¿Cómo podría saberlo si no puedo acercarme a ella?»
Son incontables las veces que he tratado, y en todas he tenido que huir por la amenaza de los halcones.
He cubierto muy bien mis huellas, nadie sabe dónde están los mellizos, ni quién es la mujer que ha tratado de hablar con ella tantas veces.
—Le dije que podía venir mañana en la mañana—responde Magnus— ¿Qué quieres ganar con esto, Eli?
—Verlos sufrir—contesto— les he dado mucho tiempo para ser felices y que se sientan tranquilos en sus puestos, pero eso acabó, quiero verlos sufrir tanto como lo hice yo hace tres años