—¿Cómo puedo confiar en ti después de lo que pasó?—cuestiono—. Vanir supo del plan por ti, y de forma muy oportuna te apareces en el momento en que intentan matarme. Algo no es normal en todo esto, Hunter.
—Majestad, le he servido por años—parpadea confundido—. Nunca le he dado razones para que desconfíe de mi, yo jamás la traicionaría.
—Con lo que está pasando últimamente, no puedo creerte—me encojo de hombros—. Hay traidores dentro de nuestras filas y nada me asegura que tú no seas uno de ellos.
Se arrodilla ante mi y respiro profundo viéndolo agachar la cabeza mientras toma mi vestido entre sus manos.
—Majestad, juro por la vida de mi madre que yo jamás la traicionaría—insiste y tomo su mandíbula para que me mire. «Por favor, confío en ti. No me decepciones»
Le entrego un pequeño frasco que lo hace mirarme con confusión.
—Droga—le informo—. Una droga hispana que tiene cierto efecto sobre las personas... no les permite mentir—me encojo de hombros—. Tómala, y te creeré.
Me mira sorprendido antes de arrebatar el frasco de mis manos y tomar todo el contenido de golpe para después dejar caer el envase.
Lo miro un par de segundos, viéndolo permanecer de rodillas y sin mirarme a la cara como si estuviera avergonzado. Por lo que simplemente respiro profundo un par de veces.
Confío en Hunter. Confío plenamente en él, pero quería saber si estaba dispuesto a hacer algo como esto.
Porque de rechazar, yo sabría que estaba ocultando algo, pero de aceptar, si estaba ocultando algo, se arriesgaría a decir la verdad y enfrentarse a una condena.
—Levántate—ordeno extendiéndole una mano para ayudarlo, y él me mira sorprendido antes de aceptar mi mano y ponerse de pie—. Lamento eso, pero tenía que dejar de lado todas las dudas. Y aclarar las del resto—la puerta se abre dejando entrar a un fastidiado Parker
»Yo tenía razón—me encojo de hombros—. Y tú no debes cuestionar la lealtad de mis hombres hacia mi. Esto no es la FEMF, donde muchos eligen trabajar para dos bandos. Aquí o trabajas conmigo, o mueres.
Parker tenía sus dudas con respecto a la lealtad de Hunter debido a que el hombre es muy reservado. Callado, observador, pero sobretodo, es agresivo cuando se cuestiona si su lealtad está con la corona.
Pero lo que él no sabía, y recientemente yo descubrí, es que el Padre de Hunter era un conspirador contra Magnus V, y el pequeño Hunter, a la edad de doce años, le juró al Rey Magnus V en persona que siempre le sería leal a la Corona.
«Y lo es»
—Debí saber que él estaba detrás de esto—bufa Hunter y río
Esos dos al parecer tienen sus indiferencias. Y la verdad es que no me interesa que tan grande sea el problema, si no lo solucionan, voy a encerrarlos juntos hasta que se comporten como dos jodidos adultos.
—Señores, entiendo que no sean del mayor agrado del otro—acaricio mi vientre mientras me encojo de hombros—. Que trabajen para mi no significa que deban llevarse bien, pero cuando se trate de trabajo ustedes deben mantenerse a raya. Y no es una sugerencia, es una orden. ¿Entendido?
—Si, majestad—ambos asienten y sonrío satisfecha asintiendo en dirección a Parker que se retira rápidamente
—Hunter, tienes que tener más cuidado—suspiro cuando la puerta se cierra—. No podemos tener errores de este tipo, podrían costarnos mucho si no lo manejamos como se debe.
Hunter es mi mano derecha, mi hombre de confianza, y me dolería perder a un soldado de su nivel. Lo aprecio, aprecio su trabajo y todo lo que ha hecho. No me gustaría tener que despedirlo. O matarlo.
—Discúlpeme, majestad, le prometo que no volverá a pasar—asiente y le doy un ligero asentimiento
—Ve por tu uniforme, Willy acompañará a la reina Emily y yo no puedo quedarme sin escolta. ¿O si?
No pienso dejar a Emily sola en todo esto. Y aunque ninguna de nosotras puede estar mucho tiempo en el otro reino, y Willy es mi soldado, sé que él va a acompañarla y aconsejarla de la mejor forma posible. «No por nada es uno de los mejores»
—No, majestad. En seguida vuelvo—me asegura y asiento viéndolo salir de la oficina.
***
—Eso huele delicioso—entro al comedor para encontrar a los niños con Regina y Elijah—. Y hola a ustedes.
Mis hijos están sentados frente a mis abuelos, y justo junto a Isabelle, se encuentra Theo, el pequeño de un año y medio sentado en su sillita para comer.
Respiro profundo.
«Estará mejor sin ella, me aseguraré de que tenga una buena vida»
—Es un gusto verte—Regina se acerca a abrazarme y le doy una pequeña sonrisa—. ¿Cómo te sientes? ¿Cómo están los bebés?—intenta tocar mi vientre, pero me aparto
—Lo siento, pero preferiría que no toquen mi vientre—. A Magnus no le gustaba, decía que nuestros hijos no debían ser tocados por todo el mundo.
—Por supuesto—Regina asiente y yo beso la mejilla de Elijah antes de tomar asiento a la cabeza de la mesa—. ¿Y quién es el pequeño?—pregunta mirando a Theo
—Sobrino de Magnus, por lo tanto también mio—suspiro viéndolo mirar a todos lados como si estuviera cautivado. «Es un niño»—. Francis, tráelo.
Francis asiente tomando al niño de su silla y lo trae hacia mí permitiéndome tomarlo entre mis brazos antes de sentarlo en mi regazo y sonreírle.
Tiene los ojos de su padre. Pálidos y... extraños.
»Eres un pequeño muy bonito—tomo el biberón que me pasa Jazmine y lo pongo en su boca para que pueda comer tranquilo—. Jaz, a partir de ahora vamos a asignarle una cuidadora las veinticuatro horas del día, busca a alguien de tu confianza.
No voy a arrepentirme por lo que hice, de nada sirve. Pero este niño tendrá una buena vida y vivirá como lo que es. Un Lacrontte.
—Como ordene, majestad.
La puerta se abre para dejar pasar a Christopher y este mete sus manos en sus bolsillos antes de acercarse a los niños y besar sus cabezas.
Intenta ocultar las marcas de los golpes en sus nudillos. Todos lo notamos, pero lo dejamos pasar por la presencia de los niños.
—¿Novedades sobre nuestro invitado?—pregunto y sonríe
—Se durmió antes de que el médico llegara—«Se desmayó»—. Pero él va a mejorar, podrás charlar con él todo el tiempo que desees.
—¿Se sentía mal?—pregunto y asiente
—Mucho, lloraba del dolor—me hace saber y asiento satisfecha antes de mirar a los niños. «Así va a ser durante un muy largo tiempo»
—¿Quieren acompañarme al jardín más tarde? Sus primos están aquí...
—¡Si!—ambos gritan y río viendo sus rostros llenos de felicidad luego de unos meses llenos de mucha tristeza
Sabía que Owen y Milenka traerían un poco de felicidad a las vidas de mis niños, quienes han estado cabizbajos por la muerte de Magnus.
Necesito hacer algo, no puedo verlos tristes, es como si mi corazón se rompiera mucho más de lo que ya está.
—Perfecto, entonces más tarde iremos al jardín y jugaremos con los mellizos.