Palkareth, Mishnock.
—¿Cuánto falta?—pregunta Emily moviendo su pierna de arriba a abajo mientras juega con sus manos en su regazo
Miro a nuestro alrededor, estamos escondidos en un callejón cercano al palacio, mientras miramos las cámaras que Parker y Willy llevan en sus cascos de seguridad.
La ansiedad ha estado consumiéndome durante todo el viaje, los bebés se mueven demasiado y siento que voy a vomitar en cualquier momento.
Quiero que mis soldados entren de una buena vez, pero entiendo que deben asegurarse de que no haya ninguna clase de explosivo dentro de los túneles, así que no nos queda otra que obligarnos a tener paciencia y esperar.
Rezo por que ambos estén bien, que estén vivos y que el idiota de Ansel no haya intentado hacerle daño a ninguno de los dos.
Juro por dios que voy a matar a cada persona involucrada en esto.
Tocan la ventana de la camioneta y ambas nos sobresaltamos, pero mis alertas se encienden cuando veo a una golpeada Luena tocar el vidrio de nuevo.
Me apresuro a abrir la puerta de la camioneta y tiro de ella a dentro del vehículo, examinando los golpes de su rostro que me hacen apretar los labios con enojo.
—¿Gerald?—pregunto y niega
—Ansel—murmura—. Me golpeaba cuando no hacía lo que quería, hoy me mandó a comprar un poco de comida y escuché a personas hablar sobre soldados Lacrontters. Me escapé de mi vigilante.
—¿Vigilante?
—Si, intenté escapar cuando aquella casa explotó—respira profundo—. Desde entonces no confía en mi. Su majestad, le prometo que yo quería ir y avisarle pero...—un sollozo se le escapa y respiro profundo antes de envolverla con mis brazos
No debí involucrarla en esto. Ella iba a ser mi as bajo la manga si algo malo pasaba, pero cometí un error y no debí arriesgar su vida.
—Lamento haberte metido a eso, Luena, lo lamento tanto—me disculpo abrazándola con fuerza y permitiéndole llorar en mi hombro—. Tendrás todas las vacaciones que quieras, estarás mucho mejor, te lo prometo.
—Dígame que está aquí por el rey—se aparta limpiando sus lágrimas
—¿Están vivos? ¿Cómo están?—pregunta Emily y Luena aprieta los labios, encendiendo cada una de mis alarmas mientras mi cuerpo se tensa
—El Rey Magnus está muy golpeado—murmura—, han estado torturándolo, golpeándolo y cortando su piel desde que Gerald se fue: y el Rey Gregorie... él está muy mal, hace unos días uno de los guardias lo golpeó demasiado fuerte en la cabeza y ha estado inconsciente desde entonces.
Mierda.
Tomo mi celular y marco el número de Francis, quién se encuentra en Lacrontte cuidando de los niños y el palacio.
—¿Todo está bien?—pregunta al contestar
—Necesito que mandes a preparar un quirófano para cuando lleguemos—ordeno—. Dos, de ser necesario. Magnus y Gregorie... no conocemos su estado con exactitud pero necesitarán un hospital.
—En seguida. Por favor infórmame cuando sepas algo—pide antes de colgar y respiro profundo antes de pulsar el botón que me comunica con Willy
—Willy, entren ahí. Ahora—ordeno y lo escucho dar las órdenes a los soldados antes de que la puerta sea derribada y los disparos comiencen
El ruido llena la camioneta, haciéndolo aterrador mientras Emily se aferra a mi mano con lágrimas en sus ojos y yo me obligo a mantenerme fuerte para ella, como también tendré que hacerlo con Magnus. Seré fuerte con él, con mi familia, siempre que lo necesiten.