Dos días después...
—Ve, Luena—sonrío un poco tensa antes de darle la cadena de oro—. Que dios te acompañe.
—¿Puedo pedirle un abrazo, majestad?—pide y asiento rodeándola con mis brazos—. Gracias por todo.
—Confío en ti—digo en su oído antes de apartarme y asentir en dirección a Willy que la ayuda a subir a la camioneta sin placas—. Cuídala, Willy.
—Lo prometo, majestad—asiente antes de hacer una pequeña reverencia y subir a la camioneta
Respiro profundo viendo el sol empezar a salir mientras la camioneta se aleja y llevo una mano a mi vientre cerrando los ojos
«Todo esto es por ustedes...»
—Eli—escucho la voz de Magnus y abro los ojos sonriéndole cuando se acerca a mi—, no estabas en la cama cuando desperté ¿Todo bien?—pregunta con preocupación y asiento notando que la camioneta no está por ningún lado
—Si, mi amor, solo quería un poco de aire fresco—le doy una pequeña sonrisa y frunce el ceño llevando su mano a mi vientre
—Puedo mandar a construir un balcón en nuestra habitación, puedes tomar todo el aire fresco que necesites sin necesidad de salir—propone y río poniendo mi mano sobre la suya
—Es una buena idea, espero que no sea porque me quieres mantener en la habitación sin hacer nada—enarco una ceja y rueda los ojos con diversión
—Sé que no te gusta, pero solo los estoy cuidando—besa mi mejilla—. A ti, a los bebés, solo quiero que estén seguros.
—Sé que si—asiento recostando mi cabeza en su brazo—, pero debes entender que yo también puedo cuidar de ellos, no es necesario que me trates como a una muñeca de colección.
—Para mí eres una—me toma de la cintura y me hace quedar frente a él por lo que levanto el rostro para verlo—. Pero no porque seas frágil, amor, porque sé perfectamente que no lo eres; es porque eres intocable, eres algo preciado para mi, lo más preciado, y si a ti te pasa algo van a rodar muchas cabezas.
—Que romántico—río poniéndome de puntillas y dejando un casto beso en sus labios—. Nada más lindo que digan que van a matar por ti.
—El romanticismo no es mi fuerte, lo sabes—se encoge de hombros
—Eres muy romántico, solo que de una manera poco común—le guiño un ojo y sonríe besando mi mejilla y escondiendo su cabeza en mi cuello—. Tenemos que tomar un avión...—le recuerdo cuando empieza a besar mi cuello haciéndome jadear
—Puede esperar—le resta importancia antes de tomar mis muslos y cargarme
***
—Buenas tardes—entramos a la oficina de Bratt y de inmediato se levantan para recibirnos
—Majestades, les presento a Kazuki Shima, Viceministro—Bratt señala al hombre y lo detallo con una ceja enarcada mientras él se mantiene imperturbable
—Un gusto, Viceministro—asiento en su dirección antes de mirar a Bratt—. No tenemos mucho tiempo, vayamos al grano.
Uno de los guardias reales aparta una silla para mi y le sonrío en agradecimiento antes de tomar asiento frente a Bratt y Gema con Magnus a mi lado
Kazuki se mantiene detrás de Bratt y Gema, mirándonos como si algo no terminase de convencerle.
—Sabemos que acudir a Antoni Mascherano no fue lo mejor—inicia Bratt—. Pero situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas; Christopher Morgan es una amenaza para la FEMF