CAPÍTULO 20

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ETHAN

A la mañana siguiente de la cena en casa de Sasha, entro en la habitación de mi hermana para despertarla, pero para mi sorpresa no se despierta con la misma ilusión que todos los días.

- ¿Qué te pasa enana? – pregunto apartándole el pelo revuelto de la cara.

- Creo que estoy mala.

Preocupado poso mi mano en su frente, pero no parece que tenga fiebre.

- Fiebre no tienes, ¿seguro que te encuentras mal y no es otra cosa?

- Yo creo que no debería ir hoy al cole, por si acaso se lo pego a los demás.

- Maddie...- un tono de reproche inunda mi voz- Puedes confiar en mí, ya lo sabes, ¿por qué no quieres ir a clase hoy?

- Es que no quiero que se sigan metiendo conmigo- dice de forma entrecortada y con lágrimas brotando de sus ojos.

No sé qué decirle, no soy una persona que se le den bien este tipo de cosas, y también se, que, por mucho que le diga ninguna palabra va a calmar su desasosiego. Porque yo también estuve en su lugar, la única diferencia es que, mientras todos se metían conmigo por vivir con mi abuela y no tener padres, a mi lado estaba Oliver para distraerme de ellos y plantarles cara si hacía falta. En estos momentos me gustaría ser Stella, ella siempre parece tener las palabras exactas en el momento indicado.

Abrazo a mi hermana para que llore y se desahogue sabiendo que no está sola.

Se que si en el colegio pasara algo Stella estaría allí la primera para poner orden, lo cual me consuela, pero creo que es momento de tener otra conversación con la directora y ponerla al corriente de esta situación.

Consigo convencer a Maddie de que debe ir al colegio y procedo a prepararla el desayuno mientras que ella se viste, irremediablemente llegaremos tarde pero no creo que nos pongan ninguna pega, siempre ha llegado a la hora, hoy es solo una excepción.

Veinte minutos más tarde de lo habitual aparco el coche frente al colegio, y acompaño a mi hermana hasta su clase. Ella se encarga de llamar a la puerta y, cuando su maestra de música le dice que puede pasar atraviesa la clase hasta sentarse en su lugar. La mirada de la profesora de unos cincuenta años me recorre de arriba abajo para después poner mala cara y, con bastantes pocos modales, preguntarme cual es el motivo de llegar tarde. No pienso decirle nada a cerca de la situación de mi hermana después de haber escuchado lo mal que la trató el otro día, así que simplemente le digo que no me sonó el despertador y nos dormimos.

Cuando termino la incómoda charla, voy hasta la secretaria del centro para preguntarle si puedo ver a la directora.

- Lo siento, pero en este momento tiene clase, si quiere puede esperarla aquí- señala unos sillones a mi derecha.

Como no tengo que trabajar esta mañana, ya que la cita que tenía me ha cancelado ayer en último momento, decido que lo mejor será quitarme todo esto de en medio cuanto antes, por lo que acepto su invitación y me siento en los sillones.

No pasan más de diez minutos antes de que empiece a escuchar unas voces provenientes del pasillo de al lado, distingo la voz de Stella, y también la de un hombre, parece que están discutiendo, lo que me pone alerta al instante. 

- No me puedo creer lo que está insinuando- se escucha al hombre decir bastante enfadado- ¿Sabe usted con quién está hablando?

- Señor Rogers, tranquilícese, se lo pido por favor- Stella suena más segura que nunca.

- ¿Cómo quiere que me calme si está insinuando que mi hijo es un acosador?

- Yo no he utilizado ese término en ningún momento, lo único que le he expuesto han sido algunos acontecimientos en los que su hijo se ha visto involucrado, si usted cree que eso es acoso por algo será ¿no cree?

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