EXTRA SECUESTRO

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MADDIE

Tengo miedo. Stella no se encontraba bien, y por culpa de ese hombre ahora debía seguir tirada en el suelo de clase. Después de que el hombre malo me sacara arrastras al pasillo me puse algo en la boca y ya no recuerdo más.

Quiero ir con mi hermano, tengo miedo de la señora que me mira desde la otra punta de la habitación. No sé quien es pero no me gusta, solo chilla y pega a cosas cuando se enfada.

¿Dónde estoy? ¿Por qué tengo un trozo de cinta en la boca y otro en las manos?

El suelo está muy frío, y hay un agujero que no deja de gotear agua, Stella tenía razón, se ha puesto a llover.

La señora fea se acerca a mí y tira del trozo de cinta, que alguien puso sobre mi boca, haciéndome mucho daño. Empiezo a llorar y la señora me da una bofetada. La cara me duele más que antes.

-        ¿Es qué no sabes hacer otra cosa que no sea llorar?

Me quedo callada, porque Ethan siempre me dice que no debo hablar con desconocidos.

-        ¿No sabes quién soy niñita? Soy tu madre.

No, ella no puede ser mi mamá, Ethan y la abuela dijeron que estaba de viaje. Además, mi mamá no es una mala persona, porque una mala persona no puede tener hijos buenos, y como Ethan y yo somos buenos ella no puede ser mi mamá.

La señora mala me da otro golpe cuando no le digo nada y luego sale de la habitación dejándome allí sola. El cuarto es muy grande, hay una mesa lejos de donde estoy yo, y lo único que se oye son las gotas de lluvia golpeando el suelo frío sobre en el que estoy sentada.

Después de un rato escucho unas voces acercándose, tal vez sean Ethan y Stella que vienen a salvarme como en los cuentos, pero cuando la puerta se abre entran la señora mala y un chico detrás de ella. No puedo verle la cara, la lleva tapada con una de esas cosas negras que se ponen los ladrones en las películas.

El hombre misterioso se acerca a mí, yo intento alejarme para que no me coja, pero es más rápido y fuerte que yo. Cojo del suelo la bolsa de tela que me pusieron antes en la cabeza y la vuelve a colocar igual.

Intento defender, pero es muy difícil teniendo las manos atadas, así que solo doy patadas, aunque no parece que esté pegando a nada.

Lloro otra vez cuando siento que alguien me ha cogido en brazos, parece como si me estuvieran llevando a otro lugar, pero no puedo ver nada.

Tengo hambre, y tengo miedo, ¿por qué me están haciendo esto a mí?

Después de mucho rato me dejan en algo acolchado, como el asiento del coche cuando no lleva la sillita para niños.

No se oye nada, solo hay silencio, y eso me asusta mucho. Recuerdo que Stella me dijo una vez que cuando tuviera miedo pensase en cosas bonitas, o que cantase en mi mente mis canciones favoritas. Por un rato muy largo pienso en todas las cosas bonitas que hemos hecho estas navidades, como las galletas para Santa, o la pelea de bolas de nieve el día de navidad. Pero luego me pongo aún más triste porque no estoy con mi hermano, ni con Stella. Yo los quiero mucho y me gustaría estar siempre con ellos.

¿Los volveré a ver?

Cada vez tengo más frío, y hambre, ¿qué hora será? ¿Estará Ethan preocupado por mí? Yo no quiero que se ponga mal por mi culpa, no me gusta verlo enfadado, ni triste, porque cuando está así no dibuja. A mí me gusta cuando dibuja y hace chistes, y también verle con Stella, porque cuando están juntos nunca deja de sonreír, seguro que piensa que mi profe es super graciosa.

Yo de mayor quiero ser como ella y ayudar a los niños, y también enseñarles, aunque matemáticas no. Yo odio las matemáticas.

Escucho otra vez las voces, pero no termino de oírlas bien, es como si estuvieran en otra habitación, como cuando Ethan y el tío Oliver se van a la cocina a hablar de sus cosas pero yo los oigo desde el salón.

Todo está muy oscuro, creo que ya es de noche. No me encuentro bien, quiero ir con mi hermano, y que los dos nos tumbemos en su cama mientras me lee cuentos. No quiero estar aquí.

Grito y pego patadas a lo que sea que tengo delante, pero nadie viene.

Estoy sola.

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