CAPÍTULO 28

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ETHAN

A la mañana siguiente, para cuando suena mi alarma, que había programado adrede media hora antes de lo normal, ya llevo cerca de una hora despierto, pensando en como voy a convencer a Maddie de que debe ir a clase hoy. Me levanto de la cama a pesar de que me quedaría en ella toda la mañana y me doy una ducha rápida, quiero estar ya vestido antes de ir a despertar a mi hermana, creo que inconscientemente estoy buscando formas de hacerle ver que debemos salir de casa. Aunque ayer conseguí que se animara a ir a las clases de ballet, lo cual fue ya un pequeño logro gracias al cual pude ir a hablar con Terry. Respecto a nuestra conversación lo cierto es que esperaba que me dijese algo más, pero ya nos dejó muy en claro que sin la ayuda del colegio las cosas iban a ir muy despacio.

Cuando ya estoy listo voy a la habitación de Maddie y abro poco a poco las cortinas para que vaya entrando la luz del día y se vaya despertando. Intenta hacerse la dormida unos minutos más, pero en cuanto le hago cosquillas no puede evitar reírse.

- Despierta dormilona, tenemos que ir a clase.

Se esconde debajo de las sábanas en cuanto menciono las clases.

- ¿No piensas salir de ahí?

- No se que dices no puedo escucharte desde aquí dentro- habla como si estuviese en una cueva super profunda.

Está bien, si no quiere salir de las sabanas tendré que meterme yo también, y eso hago, levanto las sábanas y me cubro entero con ellas. Aunque dadas las dimensiones de la cama no es que me resulte muy cómodo.

- Si que se está cómodo aquí dentro- digo yo- pero ¿sabes dónde estaría más cómodo? Sentado en una de las butacas del salón de actos viendo tu función de Navidad.

- Es hoy- exclama como si acabase de recordarlo.

- Sí, y si te quedas aquí no podrás hacerla.

- Pero ¿qué pasa si se ríen de mí? – por su tono se que está a punto de llorar.

- Yo estaré allí enana, si te pasa algo solo tienes que venir donde mí y listo. Te prometo que nadie te hará nada nunca si estoy yo para impedirlo.

- ¿Me lo juras?

- Te lo juro.

- No así no, tenemos que entrelazar nuestros meñiques, sino no vale.

Suspiro por lo dramática que es, pero, como siempre, cedo a sus encantos y agarro su pequeño dedito con el mío.

- Venga, en marcha o llegaremos tarde.

Hace unos días Stella mandó un correo a todos los padres diciendo como debían ir vestidos los niños, así que saco el móvil para revisarlo y sacar la ropa adecuada mientras Maddie desayuna. La única orden que había mandado la profesora era que debían llevar algo rojo y un peinado navideño. Joder, con el poco estilo que tengo yo peinando, si solo me salen bien las trenzas y las coletas. Saco del armario un jersey y un vestido rojo, para ver que es lo que se quiere poner mi hermana, y mientras ella se viste recojo lo del desayuno mientras me tomó un café. Aprovecho para mirar algún video tutorial de peinado de navidad, y sinceramente, no me creo capaz de hacer ninguno de ellos, pero tendré que intentarlo.

Quince minutos después me doy cuenta de que si no quiero que Maddie vaya echa un cuadro tengo que buscar ayuda para peinarla. Llamo a mi abuela, pero me salta el buzón de voz, así que decido llamar a Stella mientras mi hermana se cepilla el pelo deshaciendo el desastre que yo le había dejado. Contesta al tercer tono.

- Buenos días- saluda con voz cantarina, e irremediablemente sonrío al instante- ¿Qué hay? ¿Has conseguido que Maddie quiera venir hoy al colegio?

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