Liberada [Nueva Especie]

CAPÍTULO - 14

        Sarah se despidió del macho en la puerta de su departamento para ir caminando con tranquilidad por las calles de las tierras nuevas especies, le gustaba lo tranquilo que era y como casi no había casi ningún problemas con los humanos o bueno aquí. Camino hasta su casa donde su hijo y Pía ya estaban adentro jugando con los rompecabezas del niño, Pía se sorprendió al sentir el horrible olor que desprendía por culpa del macho. Sarah fue directo a ducharse de nuevo para sacarse cualquier residuo del olor que se le allá pegado en el intercambio de besos, al salir de la ducha se puso un simple vestido de seda sin ropa interior, no le inportaba andar con las tetas caídas por unas horas. Al bajar de su habitación se sentó a hablar con su hijo y Pía, su bebe le comento de todo lo que había hecho mientras ella estaba en cirugía y como estaba las tareas que dicho ya de paso tenía que ayudarlo en matemáticas porque era algo que se le complicaba demasiado. Llego la hora de comer y los tres disfrutaron de la carne a la cacerola con arroz que Sarah había hecho y ambas mujeres acostaron a Tomas y luego ambas se pusieron a platicar con un café.

- Como estuvo las horitas de diversión -. Pregunto Pía y Sarah sonrió con tranquilidad tirando la cabeza para atrás.

- En un momento no sentía las piernas -. Aclaro con calma mientras Pia sonreía. - fue un muy buen rato -. Aseguro sin molestias.

- Pero apestabas al macho -. Aseguro con tranquilidad mientras tomaba un trago de café. - le aclaraste que no quieres ser su compañera - Le pregunto y Sarah asintió con calma.

- Le puse una barrera de frialdad que capto ni bien sali de su departamento -. Respondió con calma y la especie asintió. - tal vez fui muy mala pero no le querido dar ilusiones a algo más -. Aclaro con tranquilidad sintiendo los ojos un poco pesado.

- Y esa oleada de cansancio es mi pie para retirarme -. Soltó la hembra haciendo reir a Sarah.

- Perdón pero tengo cansancio acumulado -. Aseguro sin pena y Pía asintió notandolo. - y si contamos el reacomodo de columna que me dieron -. Aclaro con tranquilidad mientras ambas se levantaban y caminaban a la puerta.

- Te puedo decir algo de amigas -. Pregunto Pía con tranquilidad y Sarah asintió.- te tengo un poco de envidia. Le comento y Sarah la miro.- tienes un niño hermoso y yo daría toda mi vida para poder sentir algo así -. Informo mirando a la escalera. - todo en el es perfecto y con su simple olorcito me dan ganas de abrasarlo -. Aseguro y Sarah la miro.

Pía la dejo sola luego de esa charla y Sarah se sentó a meditar un poco todo lo que la hembra le había dicho, sabía que las especies mujeres no lograban ser madres y que esa era un tema complicado para muchas ya que existía la constante tención entre las humanas como ella y las especies pero sabía que había dos excepciones a la regla, se sabía que había una tal Venus y la hija del especie lider que eran especies y habían sido madres pero eran casos realmente d

iferentes, por un momento pensó en que pasaría si las especies lograban ser madres y como la mayoría de humanas ya no tendrían la gran carga de dejar la descendencia especie para el futuro porque era sabido que muchos especies tenían hijos por la reciente falta de bebes especies traídos por Mercile. Era duro decirlo así pero sabía que la mayoría de niños especies traidos en los últimos dos años eran los que Mercile fabricaba, contando los de esa muchacha que era madre de unos cuantos, todos eran casos muy complicados de explicar. Sarah vio las horas del reloj y suspiro al ver lo tarde que era, dejo las tazas sucias en el fregadero y subió las escaleras hasta la habitación de su niño viendo si dormia profundo y reviso el pesticida para que los bichos no molestaran mientras sus horitas de sueños seguian. Sarah fue directo a su habitación y se preparo para acostarse, con simpleza camino se tiro en su cama y agarro su teléfono, no entendía como aun con el golpazo que se dio no se partió, miro un rato las notificaciones que le habían llegado y puso su alarma temprano para encargarse de su trabajo. Por un simple golpe no dejaria su trabajo para después.