Capítulo 3 | Es esta nueva vida.

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Capítulo 3 | Es esta nueva vida.


LISSA.

*Una tarde tranquila en la tienda*

Bajo a toda prisa y salgo de la tienda, con algunos gustos y ropa nueva porque me acabo de mudar. Las horas pasan volando.

Una vez en casa, me estiro en el sofá. No puedo pensar en otra cosa que no sea esa falsa, la firma de daryl y sus padres y la fecha de la boda. Incluso si la han prolongado, sigue siendo corto, me hundo en la desesperación, no por mi, si no por Nicolás.

Muy corto...

Justo en ese momento, suena mi teléfono. Me paro, el tiempo necesario para encontrar mi teléfono y contestar.

---¡Hola princesa! ¿Cómo estás?--- la voz de Nicolás se escucha distorsionada, parece que esta en algún bar o algo así.

---Estoy bien.

---Lo dices con la boca chica, estoy en la disco, ¿te paso a buscar?

---Nick, yo...

---venga, vente, se que te encanta cuando muevo las caderas delate tuyo--- me interrumpe ---No se hable más, te paso a buscar en media hora.

Ya colgó, no puedo evitar sonreír. Empiezo a alistarme, el tiempo de prepararme acabó y ya estoy fuera otra vez. No encuentro que ponerme.

Ahí está.

Un vestido corto en cuero rojo vino, la mejor opción para esta noche. Después de haber dudado y de haber querido dar mil veces vuelta, llega Nicolás.

Si hay una fiesta, existen muchas posibilidades de que también este Daryl.

X

*Nicolás me agarra de la mano mientras maneja*

Lo miro y sigo maquillándome en el espejo del carro.

Llegamos al aparcamiento y me bajo motivándome a fondo. Decido dejar la boda y todos esos problemas arrinconados en una esquina de mi cabeza durante el resto de la noche.

No es fácil, pero lo asumo. No voy a encontrar una solución solo con obsesionarme. Mientras tanto, voy a intentar no soltarme de Nicolás. No es fácil con toda la gente que hay. La disco está petada está noche.

Vamos pasando por la entrada. Y es en ese momento cuando lo veo: El lamborghini.

Me paro en seco y entrecierro los ojos para examinarlo mejor. ¡Es el mismo! Las mismas líneas aerodinámicas, las mismas llantas, misma potencia.

¡¿No me digas que ese loco está aquí?!

Me pongo a escanear el parking. En busca de esa cara con sonrisa rebelde y altiva que me cruce aquella vez.

---Vamos adentro, nena.

Que no cunda el pánico, Lissa, respira.

Tengo que tener pinta de loca con los ojos fuera de órbita y mi voz que va hacia los agudos. Nicolás levanta una ceja, dubitativo.

EL DESORDEN DE LA LLUVIA. #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora