Capitulo 33 | Marcando Territorio.

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Capítulo 33 | Marcando Territorio.

---¿Ah, si? ---me preguntó incrédula. ---¿Por qué tan segura?

---Por que estoy esperando un hijo suyo.

Silencio.

Tensión.

Mucha tensión.

Solo Gabriel y yo sabíamos lo que implicaba toda esta mierda en una situación como ésta. Tanto que él me dió una mirada de, ¡Te lo dije! Y yo le respondí con una mirada que decía: ¡dejamelo a mí!

Le eché un vistazo a Nicolás y el estaba, ¿Vacío? No había nada en su expresión y eso me confundía.

¿Sabía que estaba bromeando?

¿Estará molesto porqué no le dije?

¿Estará felíz por lo que dije?

Dime algo, Nick.

La chica se cruzó de brazos y juro, juro que quería matarla... Porque ¡Dios! Era tan estúpida y con una cara de mierda que me causaba inquietud. El caso es que no encontraba que decir debido a aquello último y estaba tan inquieta que empecé a sudar las más y mirar a ambos lados frenéticamente.

—¿Porqué no te creo nada? —habló la chica.

—No busco que me creas, yo ya tengo suficiente con... —no dije más porque fui interrumpida.

—Ya lo escuchaste María. —Nicolás me puso a su lado y me abrazó por encima de los hombros. —Yo voy a ser padre y me voy a casar con mi hermosa novia.

Entonces me tomó del cuello y me besó, justamente allí, en aquella cafetería frente a cientos de chicos y chicas. Si nos llamaban a la atención por comernos la boca públicamente, iba a ser por su jodida culpa.

Nos separamos y él –con su hermosa dentadura– le sonrió incrédulo a la chica. La misma que tomó sus cosas y –como alma que lleva el diablo– salió de la cafetería.

No pude evitar no reírme delante de todos como si hubiese sido el chiste más grande que me hubiesen hecho en toda mi vida. Nicolás y Gabriel me veían extrañados y yo seguía con mi episodio o bueno, con mis no tan frecuentes ataques de risa.

—¿Y a ti qué te pasa mujer? —preguntó Gabriel con expresión confundida.

—Es que... ¿Viste la cara que puso? Que ha sido todo un Show. —dije ya calmada. —¡Que su cara ha sido todo un poema!

Nicolás sonrío y besó mi cabeza. 

—Eres terrible, Lissa, muy terrible. —Me dijo Gabriel viéndonos directamente.

—Creo que deberías decirme algo que yo no sepa ya. —Arquee una ceja en su dirección.

—Me salió terrible la chica que amo. —Dijo Nicolás apartando algunos mechones de mi cabello. —Terrible y Celosa.

—Es mi prioridad cuidar mis cosas. —Dije y sonreí de lado.

—¿Comemos algo? —Preguntó Gabriel interrumpiéndonos. —Todo este numerito me ha causado cierta hambre.

EL DESORDEN DE LA LLUVIA. #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora