"Hablando de conversaciones estupidas"
GAVI
Habían pasado dos semanas desde aquel partido en el Camp Nou. No iba a negar que a lo mejor llevaba esperando como un idiota que me llamase desde aquel día. Y lo peor era que no me avergonzaba lo más mínimo.
Normalmente no me impresionaba mucho cualquier chica. Siempre había dicho que por ahora no necesitaba, ni quería saber nada sobre relaciones amorosas. Y de hecho la había repetido tantas veces que ya no podía pensar en cualquier otra alternativa.
—Eh, tío —sentí un golpe seco en el hombro derecho—. No me estás escuchando ¿verdad?
Miré hacia mi amigo, que me observaba con el ceño fruncido. Pocas veces Pedri me había visto distraído en un entrenamiento. Y eso era porque pocas veces lo había estado.
Me tomaba muy enserio mi carrera profesional.
—Perdón, ¿qué habías dicho? —dije distraídamente, últimamente me costaba mucho entrenar en el gimnasio. Sentía que se me hacía todo un poco más pesado que de costumbre.
Pedri me explicó que hoy solo entrenaríamos en el gimnasio porque se cerraba antes el campo. Lo que me animó un poco el día, ya que al menos salíamos antes.
—Y bueno, ¿qué te apetece hacer? —preguntó con una sonrisa en los labios.
Lo miré poniendo los ojos en blanco.
—¿Qué se te ha ocurrido? —pregunté directamente.
Pedri era oficialmente el autoproclamado rey de los planes. Suena estupido cuando lo decimos en voz alta pero es así. Cuando ninguno sabe que hacer con su vida en un día al que le puedes sacar provecho por cualquier lado, él es el único que lo aprovecha sin pestañear dos veces.
La verdad era que me apetecía salir y despejarme un poco. Últimamente llegar a casa y ver que solo estaba presente el silencio había hecho que fuese insoportable estar ahí dentro por mucho tiempo.
Era por eso que llevaba pisando mi casa para ducharme y cambiarme de ropa, poco más.
El resto del tiempo lo pasaba metido en el apartamento de Pedri o en cualquier entrenamiento.
—Pues... —empezó a explicar.
Pedri me contó que un amigo había inaugurado un bar hace poco, y que le dijo que se pasaría por ahí algún día de estos. No me pareció mala idea tomarme un par de cervezas con los del equipo.
***
—Entonces ¿le pasaste tu número? ¿Es que estás mal de la cabeza? —dijo Torres antes de tomar de el botellín de cerveza.
—No sé, en ese momento me pareció una buena idea —apoyé rascándome la nuca—. Además es una chica que no conoce ni mi trayectoria ni la del equipo, no es una fanática.
Ferran se llevó una mano a la boca para taparse la risa floja.
—Cómo se nota que no sabes nada de las mujeres, Pablo —soltó, llevándose un manotazo en el hombro por parte de su chica—. Auch.
—Serás lerdo —farfulló—. Ni se te ocurra escucharle, por Dios, este lo único que sabe de mujeres es que los bebés salen de ellas.
Solté una sonora carcajada. Había venido al bar de ese amigo de Pedri, solo pudimos reclutar a Ferran y a su novia, Sira. Pero eran suficientes como para pasárselo bien.
Pedri me puso la mano en el hombro.
—Vamos a ver, si, según tú, esa chica llamó tú atención... —asentí— ¿Por qué no la buscaste después del partido?
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Give me your love, darling
Teen FictionLa mejor manera de hacer las cosas nunca será la correcta. Un buen ejemplo es la historia de dos almas apasionadas y muy diferentes. Ambos aman lo que hacen y ambos no entienden la pasión del otro. Pero lo que siempre a dejado claro la vida, es que...