"Una conversación profunda y regalo sin importancia"
GAVI
—Me encantaría que alguien me explicase que coño ha pasado allí afuera —dijo Ferran algo enfadado.
No pude evitar sentir que todas las miradas recaían en mí. Lo único que quería hacer era encerrar a Dani en una habitación y besarle la herida hasta que ya no le doliese más.
De verdad.
Me sentía como un auténtico capullo a pesar de que Dani no paraba de decirme que no pasaba nada, y tampoco podía evitar sentir la mirada de Pablo sobre mí.
Dura y sólida.
Joder, que éramos amigos.
Ni siquiera tenía las fuerzas para explicarles nada, tan solo quería a Dani. Arrodillarme si hiciese falta a sus pies hasta que me perdonase.
—Eso puede esperar, anda cariño vamos a curarte eso —dijo Sira mientras le acariciaba el ojo a Dani.
—Puedo hacerlo yo —me ofrecí.
Vi como Pablo daba un paso hasta quedarse frente a mí.
—Eso ni hablar.
—¿Por qué no dejas que decida ella solita? —farfullé agotado.
Nunca me había peleado con Pablo, nunca. Siempre había tenido una buena relación. Y al ser casi de la misma edad pocas veces teníamos desacuerdos.
Pero esto... últimamente lo único en lo que pensaba cada vez que lo miraba era en plantarle un puñetazo.
Y no lo podía evitar.
Simplemente no lo controlaba.
—¿Para que le metas otro derechazo? —se me encaró.
—No sabes que ha pasado, Pablo —me defendió Pedri.
—Ese tío no tenía ni un rasguño en los nudillos pero en cambio nuestro amiguito sí. Puño rojo más ojo morado, blanco y en botella.
—Cállate, tío —le dijo Ansu.
—¿Vais a dejarlo estar?
—Deja que arreglen su mierda solos, ya son mayorcitos —dijo Eric subiendo los escalones a su habitación.
—Increíble —farfulló Pablo siguiéndolo escaleras arriba.
Todos les siguieron y vi como Ferran y Sira se metían en la misma habitación. Esta última dejándonos un muy descarado guiño antes de entrar.
Suspiré cuando escuché la última puerta cerrarse.
—Vamos a curarte eso —dije.
—Y eso —señaló mi mano derecha, en la que aún tenía restos de sangre y nudillos en carne viva.
Sonreí sin remedio.
—No hace falta que seas buena conmigo —dije mientras llegábamos a la habitación.
Cogí algunas cosas para curarla y cerré la puerta, dejándonos completa y absolutamente solos.
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Give me your love, darling
Teen FictionLa mejor manera de hacer las cosas nunca será la correcta. Un buen ejemplo es la historia de dos almas apasionadas y muy diferentes. Ambos aman lo que hacen y ambos no entienden la pasión del otro. Pero lo que siempre a dejado claro la vida, es que...