Capítulo 17

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"Las víboras usan bolsos Chanel"
(1º parte)

GAVI

Nunca había sentido tanta necesidad de arrancarle la ropa a alguien.

Pero también era cierto que nunca había conocido a nadie como Dani. Reconocía que casi en el primer minuto en el que la vi bajar por las escaleras, con aquel vestido crema y el pelo suelto, con ese volumen salvaje que la caracterizaba, me había vuelto loco.

Aún no entendía como podía ser y comportarse con tanta normalidad, y parecer la mujer más sexy del mundo.

Me sonrió antes de acercarse a mí y me sorprendió cuando dejó un corto beso sobre mis labios.

—¿Como has dormido? —pregunté, sabiendo la respuesta.

—¿Tú que crees?

—¿Por qué no me hacéis esa misma pregunta a mí? Que me ha tocado escucharos toda la noche dale que te pego —vociferó Pablo cuando pasó por nuestro lado.

—No es mi culpa que estés a dos velas —bromeé riéndome.

Él me miró con mala cara antes de desaparecer por el pasillo. Parecía que a él no le había hecho mucha gracia.

Vi aparecer a Pedri con una camiseta negra y un bañador.

—¿Quién está listo para nadar? —gritó emocionado.

—Yo estoy listo para prepararme un cubata —exclamó Ansu muy contento.

—Eso mismo —apareció de la nada Ferran.

No tardaron mucho en salir todos los que faltaban.

Hoy habíamos planeado una pequeña escapada una pequeña isla cerca de aquí. Íbamos a pasar todo el día el un barco bastante bonito y terminaríamos el día acampando en esa isla.

Lejos del resto de la gente. De la presión y de los medios.

Solo cerca de la gente que elegí para compartir ese momento.

—Deja que te ayude con la mochila —me dijo Dani llegando hacia el muelle.

Me reí sin remedio.

—¿Tú? —pregunté sorprendido, ella asintió— Que caballeroso por tu parte.

Le tendí la mochila que cargaba y casi se cayó al suelo del peso. Pero la cogió con más fuerza e intentó subírsela a Ferran, que ya estaba abordo.

Sonreí y profundicé la mirada cuando Dani se inclinó un poco hacia delante, tuve la perfecta imagen de su culo con pantalones cortos.

Sira me dio una colleja y se me cayeron las gafas de sol de la impresión.

—Que bruto eres —siseó.

—Mira quien fue a hablar.

Dani terminó de ayudar a Ferran y se dio la vuelta hacia nosotros.

—¿Listos?

Antes de que pudiese responder, unos pasos detrás de mí captaron mi atención.

—Falta una.

Esa voz.

Lo supe sin necesidad de girarme. Lo supe en cuanto le vi la cara a Dani. Se quedó más blanca que una hoja de papel.

—Anda, cógeme esto —le dijo a Daniela antes de soltarle su bolso en los brazos.

Dani apretó los labios y soltó el bolso, tirándolo al suelo de mala gana.

Give me your love, darlingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora