"Mojitos y ex-novias insufribles"
DANIELA
Habían pasado un par de días desde el incidente y, como era de esperarse, no había recibido ni un solo mensaje de parte del moreno gruñón. Ni siquiera señales de humo para indicarme que seguía vivo.
Estaba hartándome un poco de estas desapariciones repentinas después de un paso importante en nuestra... mmm... ¿relación?
Lo que sea, la cuestión era que me estaba agobiando.
—Tranqui, Gavi es así. Vive estresado, pero ya verás que en cuanto se aclare te llama —me consoló Sira antes de tomarse su limonada.
Habíamos quedado para ir a dar un paseo y habíamos acabado tomando el sol en unas tumbonas con mojitos en las manos.
Era la primera vez que iba a la playa desde que había empezado el verano.
—Yo también lo creo, dudo que Gavi sea de los que te echan un polvo y desaparecen —comentó Carla, justo al otro lado.
—Gracias, amiga —musité sintiéndome aún peor.
Ella rodó los ojos y continuó con su revista de cotilleos.
Sira me dedico una mirada de consuelo. Esperaba que tuviese razón y que no se hubiera marcado una espantada.
—Me alegra que me llamases —me dijo.
—A mí también —y lo decía completamente en serio. Sira era de las típicas personas que sacaban tu lado más desconocido y que te encantaba.
Dude en si llamarla pero al fin y al cabo era una chica. Siempre era más fácil con una chica.
Me quité un poco de sudor de la frente y respiré hondo. Me estaba muriendo de calor. Cuando se me ocurrió mirar el móvil para ver el tiempo que hacía noté que estaba hirviendo, y que hacía 40 grados por lo menos. Y eso aún estando en la sombra.
Sira me miró y comenzó a reírse.
—Deberías quitarte esa camiseta de una vez.
Negué frenéticamente avergonzada.
—Ni hablar, ni siquiera me queda bien este estupido bikini.
—Vamos, nena, si tienes un cuerpo de escándalo —me animó—. Además, cuanto más tiempo permanezcas con esa camiseta mas probabilidades tienes de quemarte con ella puesta. Eso sí que daría vergüenza.
Maldita sea.
Suspiré pero me lo quite de todos modos, dejando ver mi bikini azul. Era muy simple y odiaba la forma de triangulito que tapaban mis pechos. Las braguitas no mejoraban mucho más, de tiro bajo y no paraban de meterse me por el culo.
Como era de esperar, me lo había escogido Carla. Simple pero excesivo a la vez. Su estilo.
No era que no me gustase, simplemente no era mi estilo.
Aunque el color era bonito. Un azul eléctrico.
Carla llevaba un bañador precioso de color rosa, no sabía como lo hacía pero en ella el bañador no parecía en absoluto infantil.
Y Sira uno muy básico pero que le quedaba estupendo. Rojo y literalmente igual al mío.
Solo que no era lo mismo que lo llevase una chica con un cuerpo de súper modelo a que lo llevase yo.
—Que tonta eres, si te queda genial —dijo Carla, orgullosa de su elección.
—Si tú lo dices.
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Give me your love, darling
Teen FictionLa mejor manera de hacer las cosas nunca será la correcta. Un buen ejemplo es la historia de dos almas apasionadas y muy diferentes. Ambos aman lo que hacen y ambos no entienden la pasión del otro. Pero lo que siempre a dejado claro la vida, es que...