"El comienzo de algo"
GAVI
A veces me sentía como si estuviera dentro de una noria. Muy alta y muy grande.
Todos tenían el poder de verme por un escaso tiempo al día mientras que en el resto del tiempo, el punto más alto, me escondía entre el cielo y las nubes. Entre el cielo y las estrellas.
Sonaba muy raro pero era algo así.
Siempre solía dar las gracias a mi familia y a la suerte que había tenido por estar donde estaba ahora. Por trabajar en lo que más quería, y sobre todo, por que admiraban lo que yo tanto admiraba.
Pero al fin y al cabo siempre me acababa dando cuenta de que seguía teniendo diecisiete años, y que mi vida sería mucho más fácil si no fuera tan conocido.
"Pero a veces, un gran poder conlleva una gran responsabilidad".
Como decía mi padre. Creo que se lo había copiado a Spider-Man pero mientras él creyera que no, seguiría siendo feliz.
Y yo también.
En fin, que aquí estaba, con una chica deslumbrante a punto de besarla. Porque solo Dios sabía lo mucho que quería besarla.
A esa distancia solo era capaz de fijarme en esos detalles pequeños. Como su pequeño lunar en la comisura de sus labios, o esas casi insignificantes pecas que resaltaban por la zona de su nariz. Y en lo grandes que eran sus ojos, ese color café me embriagaba todos los sentidos y me hacía perder la razón.
Tanto que se me había olvidado de que me estaba hablando. Y lo más importante...
Que había más gente en el puñetero coche.
—Pues ya estamos —escuché de fondo a su amiga, de la cual no era capaz de recordar el nombre justo en ese momento. Solo era capaz de pestañear una última vez antes de darme cuenta de la situación.
De que había más gente. Gente que podía girarse y disfrutar del espectáculo en cuanto les diera la gana.
Me incorporé como pude hacia atrás en cuanto la mano de Daniela chocó contra mi pecho, alejándolo con un empujón brusco.
—Perdón —murmuró en voz baja. Casi un susurro.
Le indiqué que no pasaba nada y miré hacia la ventana. Ya estábamos en el aparcamiento.
Antes de que pudiera pestañear Pedri y Carla ya estaban fuera del coche, y esperando a que nosotros hiciéramos lo mismo.
Entramos al cine directamente y mientras que Daniela y Carla fueron a comprar palomitas y refrescos, nosotros estábamos en la fila para comprar los tickets.
—Siento mucho lo de la interrupción —soltó de repente Pedri, chasqueando la lengua.
Lo miré intentando hacerme el loco, pero estaba claro que nos había visto de lleno.
—Desde luego no me esperaba que fuerais vosotros los que nos cortarais el rollo, —bromeé— después de la que habéis montado para intentar que nos liásemos.
—Créeme, esa chica vive en su mundo, ni siquiera se había dado cuenta de que estabais a punto de besaros —balbuceó algo desconcertado.
Yo lo miré de la peor forma posible. Porque sabía lo que significaba esa expresión, y esa forma de hablar.
Al sentir mi mirada acusadora me dio un golpe en el hombro.
—¿Qué? —espetó.
—Nada.
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Give me your love, darling
Ficção AdolescenteLa mejor manera de hacer las cosas nunca será la correcta. Un buen ejemplo es la historia de dos almas apasionadas y muy diferentes. Ambos aman lo que hacen y ambos no entienden la pasión del otro. Pero lo que siempre a dejado claro la vida, es que...