"Una bonita cena familiar".
GAVI
Sabes esa sensación de tener a varias personas frente a ti esperando algo y no saber dárselo porque no sabes qué esperan de tí.
Realmente me sentía así.
En un limbo en el cual no sabía qué hacer ni cómo dejar de estar allí.
El caso es que estaba sentado en medio de la mesa redonda donde a un lado tenía a Aurora y su novio, Javi, y al otro a mi madre poniéndome en un plato el gazpacho casero que había preparado.
Y por supuesto mi padre justo enfrente de mí. Como si de por si ese hombre no me impusiese nada.
No sabía como me habían acabado liando para estar aquí metido. Mi hermana me había dicho en aquel desayuno que deberíamos dejar las cosas por zanjadas y comportarnos como una familia.
Y mi madre había ayudado un poco a que accediera. Exponiendo que me echaba de menos en casa y que le dolía mucho esta situación.
Y había accedido.
Porque era un tremendo huevón. Y bueno, yo también los echaba de menos. Eran mi familia al fin y al cabo.
—Está muy bueno mamá —dije carraspeando.
—Gracias corazón, siempre comíamos esto los domingos, ¿te acuerdas?
—Es verdad, cuando te guardabas las gambas en el bolsillo para comertelas después —comenzó a reírse Aurora.
Le puse mala cara por sacar eso a la luz delante de mi cuñado.
—Eso es un golpe bajo, hermanita.
Cuando todo parecía ir fluyendo mejor sentí la mirada de mi padre penetrándome la frente.
—¿Algún recuerdo que compartir? —le pregunté mostrando indiferencia.
De pronto saco de debajo de la mesa una revista. No una cualquiera al parecer, me quedé mirando la portada y el título de está.
"Por fin cupido ha atravesado con su flecha el pecho de nuestra promesa juvenil en el mundo del fútbol".
Joder.
Sabía que tarde o temprano esta situación me estallaría en la cara pero no me esperaba que fuese justo ahora.
—Puedo explicarlo —dije con precaución.
Mi padre dejó la servilleta de mala manera sobre la mesa, y vi como Aurora levantaba la cabeza y me miraba en silencio. Obviamente tenía claro que ella lo sabía, muchísimo antes de que esa revista se publicase. Era inevitable sabiendo que sigue las cuentas de Instagram del Barça y que últimamente se habían subido por las paredes con nuestra relación.
Aunque eso era algo bueno de ella, tenía la información pero, al contrario que mi padre, no me forzaba para que se lo contara. Era paciente.
Y lo agradecía.
Y estaba seguro que mi madre también lo sabía. Incluso que ambas estuvieran ocultándoselo a papá.
—Llegas aquí como si nada, ignorando las mentiras y con intención de seguir mintiendo. Por lo menos no te sorprendas porque te saque el tema, Pablo.
—Solo estaba buscando la manera de contároslo.
—Ni siquiera nos la has presentado.
—Es algo complicado —reclamé—. Además, tampoco es que sea muy fácil hablar contigo.
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Give me your love, darling
Teen FictionLa mejor manera de hacer las cosas nunca será la correcta. Un buen ejemplo es la historia de dos almas apasionadas y muy diferentes. Ambos aman lo que hacen y ambos no entienden la pasión del otro. Pero lo que siempre a dejado claro la vida, es que...