Capítulo 5

8.9K 351 88
                                    

"¿Que es un offside?"
(1ª parte)

GAVI

Ni siquiera supe cuando llegué a mi casa, y mucho menos se me ocurrió pensar que al día siguiente tenía entrenamiento.

Era la primera vez que disfrutaba hablando con una chica que me gustaba desde que había empezado mi carrera profesional, y había demostrado ser del todo irresponsable. Solamente esperaba no dormirme en cualquier descanso.

Pedri sin embargo había amanecido como una flor.

Después de beberse hasta el agua del vater se había despertado como una rosa, despertándome a mi con su aura de frescura. Maldito canario sin riñón.

—Te he dejado zumo de naranja natural en la nevera —me dijo mientras se dispuso a ponerse los pantalones.

Normalmente solía dormir en mi casa. A la cual me había mudado hace muy poco tiempo. Aun recuerdo la cara de mis padres cuando les dije que había alquilado un ático en Barcelona. Lo sé, un poco impulsivo. Pero no me quedaba otra forma de poder facilitar mi trabajo con mi vida personal.

—Venga, vamos —me animó Pedri, bajando por las escaleras para encontrarse conmigo en la cocina—, parece que el borracho aquí fueras tú.

—Aún no me puedo creer que sigas vivo.

—Ya sabes lo que dicen, bicho malo nunca muere —me guiñó un ojo y yo los puse en blanco—. ¿Al final que pasó con la no-aficionada al fútbol? ¿Quedaste con ella? O por Dios, ¿te acostaste con ella?

—¡NO! —dije alarmado.

—¿Entonces no tenéis nada?

—N... no, a ver, quiero decir s- si... —menee la cabeza para volver a centrarme— Solo hablamos...

—Solo hablasteis —repitió fijando la mirada en la expresión de mi rostro.

—Y la invité al entrenamiento de hoy—solté sin más, a palo seco mientras le daba un sorbo a mi zumo de naranja.

Pedri, que se estaba poniendo la camiseta, detuvo el movimiento quedándose con una manga por encima del hombro y la otra puesta.

—Ósea que te gusta... —dijo rasgando los ojos. Con esa mirada coqueta que siempre solía tener. —Te gusta mucho, desvergonzado.

—Yo no he dicho eso —negué frenéticamente.

—Tampoco hacía falta que lo hicieras.

Todavía no me había parado a pensarlo. Simplemente me gustaba que estuviese cerca, como esa clase de personas que con tan solo mirarlas te alegran el resto del día. Pues eso. Y también me ponía muy nervioso las cosas como son, no podía ser tan guapa y atrayente y no hacerlo.

—¿Sabes que desde que te conozco, solo te he visto interesarte por una chica? —canturreó Pedri, él si que estaba disfrutando con el tema. Pero dejó de sonreír en cuando vio mi cara de cansancio—. Hablo en serio Gavi, si te gusta, si tan solo piensas que vale la pena, no te lo pienses. Tómate tu tiempo para tantear el asunto.

—¿Tantear el asunto? Cómo si fuera un partido, ¿no? —dije confuso.

—Puedes llamarlo así si te sientes más cómodo, —rodó los ojos cansado— hablo de que deberías tomárte tu tiempo para saber si a ella también le interesas.

—Tampoco he dicho que a mi me interese —defendí.

Pedri se acercó a mi lentamente. Subió ambas manos apoyándolas en mis hombros y me miró fijamente antes de decirme:

Give me your love, darlingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora