El Arte De Fingir [JELSA] (#1) ✔︎

Extra - 3

23 de diciembre, 2035

Elsa

—No te detengas.

Por el rabillo del ojo, lo observo sonreír con arrogancia mientras con su mano toma mi pierna para acomodarme.

—Amo cuanto te pones así.

Rodé los ojos y deslicé mis dedos por su espalda.

—Y también cuando pones los ojos en blanco —Susurró.

—¡Jack! —Grité y el enseguida colocó su mano en mi boca.

—Sssht, despertarás a los niños.

Fruncí el ceño, aunque era verdad. No quería arriesgarme a que despertarán e interrumpieran esta noche. Últimamente eso sucedía a menudo.

Poco a poco, Jack quitó su mano de mi boca. Luego me hizo cerrar los ojos y ahogar un gemido cuando volvió a entrar en mi de un solo movimiento.

Hice más firme mi agarré en su espalda y alcé la cabeza un poco hacia atrás.

La habitación estaba inundada de sonidos de placer ahogados, de nuestra piel chocando la una con la otra, mi espalda golpeando la pared.

—J-jack.

El acercó su rostro al mío y se inclinó hasta que sus labios rozaron mi oreja.

—¿Estrellita?

Suspiré y deslicé mi mano por su espalda hasta su trasero.

—más...

Soltó una ronca risita que se me hizo adictiva. Todo en Jack me seguía pareciendo adictivo, aún cuando lo conocía ya desde hace más de 10 años.

Mi Jackie me seguía pareciendo lo más asombroso del mundo.

—Ven aquí... —En un ágil movimiento me tomó por la cintura y yo enrollé mis piernas al rededor de su cadera, uní nuestros labios en un húmedo beso y el me guio hacia la cama.

Mi espalda cayó sin brusquedad sobre el colchón y en seguida él hunde sus labios en mi cuello, volvió a colocar su miembro entre mis piernas y estaba a punto de deslizarse hacia adentro, cerré los ojos y coloqué mis uñas en su espalda.

Pero no sucedió.

—¡Mamáaaaaaaa!

Un llanto infantil.

Jack compartimos una mirada, suspiramos al mismo tiempo y nos apartamos antes de que alguien irrumpiera en la habitación.

—Demasiado tiempo para ser real.

No pude evitar reír. Era verdad, últimamente con Jack no teníamos tiempo para nosotros, sabíamos que sólo era cosa de acostumbrarse, pero a veces era frustrante.

Aunque sería sólo un tiempo, en cuanto ella creciera, las cosas volverían a estar más calmadas.

O eso esperábamos.

—Será mejor que no me esperes —Dije colocándome el pijama mientras Jack me observaba.

—Si quieres puedo ir yo.

Sonreí.

—Ella dijo "mamá" no "papá" —Dije con diversión. —Tú ve a arreglar tu problemita al baño— Señalé sonriendo, el frunció los labios y bajó la mirada.

Se encogió de hombros.

—Nah, ya se me bajó.

Volví a reír y me puse de pie para buscar mis pantuflas.