El Arte De Fingir [JELSA] (#1) ✔︎

9. Borrachera Y Problemas

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Jack

El cuerpo de Elsa subía y bajaba, su respiración era completamente jadeante, suspiraba a mi oído y me sostenía el rostro con ambas manos.

Hundí el rostro entre sus perfectos pechos y deslicé mi lengua contorneándolos.

En un momento el gemido de Elsa fue tan fuerte, que temí que mis vecinos la hayan escuchado.

Abrí los ojos un momento y observé su piel brillante por el sudor. Tenía los labios entreabiertos, y me besó con dificultad por todo el placer que recorría en su cuerpo.

Lo pude sentir, pude sentir la vibración, la tensión, todo. Fui consiente de cada detalle de momentos como estos, con ella.

—Jackie... —La forma en que pronunciaba mi nombre, como tiraba de mi cabello despacio, pero con desesperación. 

Presioné mis dedos contra la piel de sus muslos, su piel era tan pálida, que mis dedos quedaban marcados enseguida, y eso en serio se veía demasiado sexy.

Bajó sus manos a mi espalda y enterró sus preciosa uñas hechas hace dos días, en mi espalda.

—¡Elsa! —Quizás usó un poquito más de fuerza con sus uñas.

Soltó una risita que fue interrumpida por un fuerte gemido cuando hice un movimiento con la caderas, llegando más profundo.

Comenzó a moverse en círculos, llevándome cada vez más cerca del orgasmo.

—Joder, Elsa —Murmuré hundiendo el rostro en su cuello.

—Me gusta, Jack, Dios, me gusta mucho así —Murmuró entrecortado con la voz afectada.

Vale, había notado como a la inocente Elsa, le gustaba bastante ser dominante.

Comenzó prácticamente a saltar sobre mi, afirmo sus caderas con más fuerza y cerré los ojos.

Soltó un fuerte gemido y alzó la cabeza hacia atrás enterrando con fuerza sus uñas en mis hombros.

A penas ella terminó, enterré mis dedos en su desordenado cabello platinado para atraerla a mis labios, le mordí el labio inferior y le besé.

Entonces terminé casi junto con ella.

La respiración de Elsa tardó un poco más que la mía en relajarse, calmarse y mientras la mantenía sujetada contra mi cuerpo, sus pies hicieron contacto con mi espalda y cuando se relajó más, hundió el rostro en mi cuello.

—Eres increíblemente buena en esto —Murmuré antes relamer mis labios.

Elsa suspiró en mi cuello y me abrazó.

—Me encanta esto, Jack —Murmuró.

—¿El qué?

—Follarte.

—¡vaya! No puedo creer que algo tan sucio haya salido de tu boquita —Dije con algo de ironía haciéndola reír.

Aún estaba algo agitada y caliente.

Cuando ya estuvo completamente calmada, salió de mi con mucho cuidado y se recostó a mi lado.

Me lancé hacia atrás y abracé a Elsa enredando mis dedos en su cabello.

—¿Cómo te fue hoy en el taller? —Me preguntó.

—Genial, creo que cada clase fui mejorando. El taller no solo me sirve para el modelaje, sino también para mejorar mi seguridad y autoestima —me contó Elsa jugueteando con sus dedos sobre mi pecho.